Por Abel Pérez Rojas
Después de los primeros tres meses de experimentar con la respiración, el frío y la meditación de acuerdo a lo que he ido aprendiendo del Método Wim Hof, puedo asegurar que hasta ahora son múltiples y en varias direcciones los beneficios.
Por si es la primera vez que escuchas acerca del Método Wim Hof, de manera sucinta te comparto qué es y en qué consiste.
Dicho método toma su nombre del atleta extremo Wim Hof (nacido el 20 de abril de 1959 en Sittard, Limburg, Holanda), quien es reconocido mundialmente por su gran resistencia para soportar gélidas temperaturas que a cualquier otra persona le ocasionarían la muerte.
Hof ha impuesto casi treinta récords mundiales en condiciones extremas, ha sido estudiado por los laboratorios de varias universidades, en cuyos resultados ha quedado evidenciado su inmunidad a algunas enfermedades muy comunes entre la mayoría de las personas.
Tres son los puntos medulares del Método Hof: técnicas respiratorias, meditación y exposición al frío.
De acuerdo con el holandés, cualquier persona que se decida a poner en práctica de manera asidua, podrá experimentar múltiples beneficios desde los primeros días.
Sí, yo soy uno de ellos, y después de tres meses quiero compartirte un breve recuento de los frutos que he vivido y algunas rutas de reflexión a fin de ir bosquejando futuras líneas de trabajo.
En los primeros tres meses de experimentación, te comparto algunos de mis logros modestos.
Escalé descalzo el Cerro Tepozteco, he tenido un par de ocasiones duchas con agua helada, he corrido descalzo y sólo con short por las mañanas en medio del frío y la lluvia de los meteoros que se han presentado en este lapso.
Los síntomas alérgicos respiratorios que padezco han cedido considerablemente, no me he enfermado de gripe y he sorteado muy bien los cambios climáticos.
Una mañana lluviosa, mientras corría descalz,o pateé por descuido un montículo de concreto, inmediatamente un hilo de sangre envolvió mi dedo gordo o hallux izquierdo.
Fue tal el golpe y el ruido que inmediatamente pensé que me lo había fracturado, pero no interrumpí mi carrera.
En esos momentos recordé un pasaje que le sucedió a Wim Hof cuando en una travesía gélida descalza estuvo a punto de que le fueran amputados sus dedos, pero no fue así. Dice Wim que lo evitó principalmente a través de hablarle a sus pies, en particular a sus dedos.
Yo lo hice así, me concentré en mi dedo afectado. Pensé que después de correr y una vez que se enfriara me dolería muchísimo, pero no fue así.
Afortunadamente no hubo fractura y la cicatrización fue excelente.
Eso implicó que durante poco más de ocho días parte de mi concentración la estuviera dirigiendo al dedo afectado de mi pie izquierdo.
Esa experiencia que acabo de compartirte me orilló a revisar algunos videos sobre el beneficio de dirigir tu concentración hacia alguno de tus órganos enfermos y particularmente “hablarles” para detonar su sanación.
Sé que con esto que te comparto me expongo a que pienses que estoy loco, pero créeme que lo he hecho bajo supervisión médica y después de que me he realizado varios estudios para ver mi condición física previa a la experimentación y durante el transcurso de estos meses me he realizado al menos chequeos de rutina.
Al inicio de este artículo quería compartirte más de mis experiencias e investigaciones, pero creo que por motivos de tiempo y espacio dejaré para otra ocasión como en torno a mi disciplina he ido convocando a algunos amigos que de manera conjunta hemos compartido sesiones de experimentación y de mi combinación de métodos respiratorios y de concentración – meditación.
Por lo pronto, puedo decirte que las enseñanzas del Método Wim Hof me han abierto un panorama verdaderamente increíble para mi condición inicial de casi permanentemente enfermo de las vías respiratorias.
Concluyo mi artículo de esta semana invitándote a que te atrevas a explorar la posibilidad de mejorar tu salud a partir de la respiración, la concentración y la exposición al frío.
Te invito a que lo hagas paulatinamente y bajo supervisión médica, especialmente si presentas algún padecimiento del corazón.
Nos vemos en la próxima entrega. Te espero.