El pasado domingo 16 de agosto, la Escuela de Arte” Macuilxóchilt” clausuró un curso de verano más; nuevamente, como cada año en estas fechas, jóvenes de distintos puntos se dieron cita en la escuela mencionada, para cultivar y desarrollar sus dotes de bailarines, teatreros, poetas, pintores etc. Durante la temporada vacacional, el instituto abrió sus puertas a jóvenes que prefirieron alguna de las bellas artes, antes que perderse en la drogadicción o en el alcoholismo.
Como una forma de mostrar al público en general lo que aprendieron, el pasado domingo presentaron un espectáculo en el Teatro de la Ciudad; bailaron y cantaron, como para agradecer a sus maestros y a sus padres el apoyo que les brindaron, para poder culminar sus estudios.
Jóvenes que, después de varios veranos de preparación, finalmente terminaron sus cursos y lograron obtener el grado de licenciatura, que les permitirá incorporarse a la vida laboral del país con una visión diferente (pues no sólo egresan preparados para la enseñanza de las bellas artes, sino que, a través de las distintas salidas que los grupos culturales de danza, poesía y música, realizan constantemente por el interior del país, pueden conocer de primera mano la extrema pobreza y la excesiva necesidad de llevar cultura a la inmensa mayoría de los mexicanos).
Conscientes de esto, los directivos del Instituto “Macuilxóchilt, se han echado sobre sus espadas la importante y noble tarea de educar a sus alumnos, en la idea de no lucrar con la cultura, sino utilizarla como herramienta para ideologizar al pueblo y enseñarle que no es de ahora la injusticia que se comete en su contra y que no es nada más en México, sino que mucho tiempo atrás, en distintas partes del mundo, las clases dominantes han acaparado el arte y han buscado, por todos los medios, que este no llegue al pueblo, pues saben de sobra todo lo que un pueblo culto representa.
Así educados, los jóvenes se integran nuevamente a sus comunidades y actúan en consecuencia; de tal forma, actualmente, es común ver -en diversas partes del estado y del país- a pueblos con carencias de agua potable, de calles pavimentadas, escuelas y drenajes, pero, con importantes grupos culturales; gracias a la voluntad y decisión de esta nueva generación de artistas, que han ido entendiendo, poco a poco, el papel transformador de conciencia, que las bellas artes juegan en la clase trabajadora.
La generación “Humberto Gutiérrez Corona”, a partir de de esta semana, regresa a las estados más marginados, como Oaxaca, Chiapas, Guerrero y el propio Puebla, que ocupa el cuarto lugar a nivel nacional en alta marginación y el séptimo, tomando en cuenta a los de muy alta marginación (aunque contrastantemente existan numerosísimos y lujosos centros comerciales en este entidad); municipios como Chiconcuautla, Eloxochitlán, Hueytlalpan y Olintla, entre otros, son reconocidos como algunos de los más pobres del país. Municipios a los que los gobiernos federal y estatal invierten nada o casi nada, pues no les interesa que los pobres tengan por lo menos los servicios elementales, mucho menos cultura.
Es precisamente a esos apartados rincones a donde llegan los egresados del Instituto Macuilxóchitl; a esos como a otros muchos lugares que, aunque no figuran oficialmente en la lista de extrema pobreza, se encuentran sumidos en la miseria, el abandono y la marginación. Si no me cree el lector, vaya a Cuayuca de Andrade (al sur del estado) y visite rancherías como El Organal, Dévora Carrizal y Los Hornos, o, simplemente, recuerde la película “La Ley de Herodes” y verá que no miento, pues, para mayor información, esta cinta que tanto éxito taquillero obtuvo, fue grabada en esos lugares.
Ojalá que para el próximo verano sean más, pero muchos más, los egresados de esa escuela, pues México necesita que su cultura sea conocida por todos los mexicanos y, lo más importante, que quienes lleven la cultura lleven también el mensaje de que un México mejor es posible para las grandes mayorías, sólo necesitan aculturarse, organizarse y luchar.