Por Alejandro Mondragón
Al senador Ricardo Monreal seguro le cayeron mal los chilaquiles.
Y apenas escuchó la petición de su interlocutor, abrió los ojos tanto que sus lentes se veían pequeños.
“Ya párele, cajma a tu gente en Puebla, no se te olvide que yo soy el dueño del partido”.
Monreal salió del desayuno y comenzó a operar, a su estilo, la pacificación en Morena.
Aprovechó la ausencia de Yeidckol Polevnsky, de viaje por China a una invitación del Partido Comunista, para presentarse como el factor de unidad.
Y así vendió la reunión entre Alejandro Armenta Mier y Luis Miguel Barbosa en su oficina. Fue la instrucción del dueño de Morena.
Lo demás fue un performance político, el cual quedó al descubierto con el lenguaje corporal de los presentes.
La pregunta que hoy se hace la clase política es: ¿el senador Alejandro Armenta Mier tiene en Ricardo Monreal a su padrino para el 2024?
Por lo visto en las últimas semanas podría afirmarse que sí, pero en perspectiva la respuesta sería que no necesariamente.
Y todo porque otro personaje cercano a Monreal es el mismísimo José Juan Espinosa, ex alcalde de Cholula, quien también la va a jugar.
De ser así, entonces quizá veríamos a Armenta regresar a las filas del PRI para, desde ahí y con los suyos, pelear por Casa Puebla.
El tricolor le dejó abierta la puerta.