22-11-2024 01:31:52 PM

El tráiler de la muerte

Por Jesús Manuel Hernández

 

A algunos no les gustó la declaración de Andrés Manuel López Obrador sobre las consecuencias del fraude electoral de 2006, al que responsabilizó de la ola de violencia desatada en el país por Felipe Calderón quien para legitimarse sacó al ejército a las calles.

Califican de exagerada la declaración y no le encuentran soporte. Pero las cifras le dan la razón.

Desde finales de 2006 se han contabilizado 238 mil asesinatos dolosos; tan sólo en el gobierno de Aristóteles Sandoval en el Estado de Jalisco se cuentan 4 mil 856 cadáveres. Eso ha provocado el descubrimiento del llamado “tráiler de la muerte” donde se localizaron 322 cuerpos, la mayoría no identificados.

El tema venía arrastrándose años atrás debido al crecimiento de asesinatos dolosos y la ausencia de espacios donde conservar los cuerpos. Las instalaciones forenses de varias ciudades del país fueron rebasadas en la demanda y las autoridades en lugar de construir sitios que garantizaran la permanencia de los cuerpos para su identificación, prefirieron invertir en publicidad.

El Estado ha sido rebasado en este y en otros escenarios, el presidente Peña Nieto deja un promedio de 90 asesinatos diarios y una inversión descabellada, de dos mil millones de pesos en publicidad para intentar tapar el sol con un dedo. Peña prefirió gastar en imagen que en la recuperación de los cuerpos.

El asunto alude a un pensamiento que sobrepasa el sentimiento del pueblo mexicano en relación a la muerte. Los cadáveres, se han convertido en basura indeseable, en algo que apesta y muestra en todo su realismo un fallo terrible en la administración de justicia.

Jalisco es curiosamente el escenario donde sucede el tema del “tráiler de la muerte”, una entidad donde la tradición dejó la impronta de “espantar con el petate del muerto”.

La antigua “Ciudad de Compostela”, hoy Guadalajara fue el escenario en la Nueva España donde la “Cofradía de la Santa Vera Cruz” tenía como una de sus funciones el procurar los gastos funerarios de los criminales ejecutados. Hasta que un día se quedó sin recursos para pagar los ataúdes y entonces empezó a enredar los cuerpos en los “petates” a grado tal que, en sus últimas intervenciones, y ante el crecimiento de los ejecutados, ya no alcanzó para un petate por muerto, y se usó el mismo simplemente para aventar los cadáveres a una fosa común.

Con el tiempo se hizo famosa la frase “que no te espanten con el petate del muerto” en relación a mal informar, a asustar con información falsa, digamos una antigua manera de las “fake news” de hoy día.

López Obrador ha puesto el dedo en la llaga con el tema del “tráiler de la muerte” y podrían sumarse los demás casos de fosas clandestinas, como el de Veracruz y el de San Fernando en Tamaulipas, por citar algunos.

El país está convertido en un escenario de sangre, los asesinatos dolosos rebasan la capacidad del Estado Mexicano que ha preferido invertir en publicidad para pretender hacer saber que todo está bien, mientras los servicios forenses se desmoronan.

O por lo menos, así me lo parece.

 

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