22-11-2024 12:40:08 PM

En serio…¿Todo está definido?

Por Rodolfo Rivera pacheco

            Desde que comenzó el año y en las últimas semanas, la pregunta recurrente que me hacen en todos los lugares a donde me invitan a dar Cursos, Conferencias o a hablar sobre el proceso electoral que está en marcha, es si efectivamente ya todo está decidido y que claramente ya hay un ganador de la contienda presidencial y que eso provocará un efecto en cascada para todos los Estados. Vamos, que el candidato presidencial que gane arrastrará a todos los demás candidatos a otros cargos y habrá una victoria generalizada de una opción partidista o alianza.

Y mi respuesta invariable es que creo que no. Honestamente pienso que aunque todas las encuestas serias nacionales y regionales marcan una tendencia indiscutible al día de hoy, la verdad es que falta poco más de cuatro meses para que se verifique la jornada comicial y sobre todo, falta la campaña real de cada uno de los candidatos a todos los cargos que se disputarán.

Sí, al día de hoy Andrés Manuel López Obrador y su MORENA es la opción que más se menciona y por la que votaría la gente en la mayoría de los Estados. Y eso indudablemente ayuda a los candidatos de ese partido y su alianza para los demás puestos.

Pero la verdad es que no sabemos si esa tendencia se mantendrá.

Los encuestadores somos muy malos para hacer predicciones… porque no nos dedicamos a eso. Un millón de veces hemos explicado que las encuestas no son métodos de adivinación que busquen predecir resultados electorales y que un trabajo demoscópico bien hecho es simplemente lo que opina la gente al momento del levantamiento de los cuestionarios. Pero de ninguna manera queremos “atinarle” al resultado final de una elección.

Pero también reconozco que obviamente las encuestas marcan las tendencias en las preferencias de la gente. Es difícil que un candidato que lleva muchos puntos de ventaja sobre otros, la pierda de la noche a la mañana. Tendría que cometer errores garrafales y sus contrincantes aprovecharlos extraordinariamente bien. Por tanto lo que indican los números de las encuestas hoy al parecer marcan una tendencia inexorable. Y sí, es difícil que cambien… pero jamás imposible.

Entonces, efectivamente, hoy el puntero en todas las mediciones serias es Andrés Manuel López Obrador y en serio tendría que cometer muchas tonterías para perder la ventaja que hoy lleva en ellas. Todo indica que ha aprendido de sus errores pasados. Pero también sabemos que la naturaleza humana es traicionera y finalmente prevalece por encima de cualquier consejo o estrategia. Y el tabasqueño ha demostrado una y otra vez que no le gusta seguir consejos ni estrategias.

Ya lo veremos en los debates. Yo no espero demasiado de ellos, porque el INE insiste en llevar a cabo esas idioteces que llama debates, en ese formato absurdo de monólogos de cada candidato, con enfoques de cámara a uno solo por turno y sin posibilidad de replicar al momento ataques o cuestionamientos.

Pero bueno. En los debates veremos al verdadero Andrés Manuel López Obrador. Será el blanco de los ataques y cuestionamientos por ser el puntero. Y ahí veremos también al verdadero José Antonio Meade y al polémico Ricardo Anaya. Quién sabe si despunten y logren desbancar al Peje del liderato. Lo dudo por lo que he visto hasta ahora. Pero insisto, nadie puede asegurar nada.

Y así como el candidato de MORENA seguramente buscará administrar su ventaja y mantenerse en el primer lugar, sus adversarios están ya diseñando estrategias para buscar afianzarse en segundo lugar y luego arremeter contra el puntero.

Dicen que Meade ya está siendo asesorado por profesionales y que todo lo tienen calculado. Que su campaña cambiará por completo una vez que dé inicio el período formal para ellas. Que romperá con el Presidente Peña Nieto y su gobierno mediante un distanciamiento pactado. Que se volverá mucho más agresivo y polémico. Que detonará escándalos contra sus adversarios. Que por lo pronto ya hizo a un lado a Anaya del segundo sitio mediante los golpazos que le propinaron (el Gobierno Federal, por supuesto) la semana pasada. Y muchas versiones más. ¿Mitos? ¿Realidades? Lo iremos viendo.

Y Anaya tendrá que recuperarse, insisto, del duro golpe que pegó directamente en su línea de flotación, pues al parecer sí hay evidencias de manejo poco claro de recursos, dinero mal habido y relación con personajes que lavaron cuantiosas cantidades del mismo para dirigirlo a su campaña y aspiraciones.

Y es que el discurso de Anaya tenía su eje rector contra la corrupción y latrocinio del PRI y sus Gobernantes. Pero si se le descubre realmente todo lo que se dio a conocer la semana pasada, con pruebas, fotos, etc., entonces quedará como un gran mentiroso. Cosa que de por sí le han venido reclamando desde siempre muchos panistas destacados.

¿Cambiarán las tendencias? ¿Logrará subir Meade cuatro o cinco puntos porcentuales mensuales en las encuestas de aquí al 1 de julio? ¿Se caerá definitivamente Anaya y su “voto útil” se irá con Meade, quien de por sí no era mal visto por los simpatizantes del PAN? ¿Cometerá errores garrafales y absurdos López Obrador?

No lo sabemos. En serio. Cualquier cosa puede pasar y no nos deberíamos extrañar.

Finalmente, en Puebla… ¿Cómo van las cosas?

Bueno, brevemente.

En MORENA están esperanzados en que la ola de López Obrador los empuje hacia el triunfo. Que la gente votará en bloque por todos los candidatos de MORENA. Que esta elección es ya un simple trámite.

Pero honestamente creo que eso no es del todo cierto. Claro, López Obrador ayuda a todos sus candidatos, pero no es una regla infalible que todos ganarán. La gente que me dice en las encuestas (del BEAP, claro) que votará por López Obrador, no necesariamente me dice que votará por el candidato de MORENA Alcalde o Diputado local o Gobernador.

Sigo insistiendo que habrá voto diferenciado y que puede haber victorias para todos los partidos en los Distritos y Municipios.

Además, ante la posibilidad real de ganar por primera vez, se ha desatado una bola de broncas por las candidaturas en MORENA… como en cualquier otro partido. Eso provocará rompimientos, operación en contra de amigos, voto de castigo para el que se quede con la nominación y un largo etcétera… que es la historia de la izquierda en este país.

En el PAN y sus aliados hay preocupación real. Conocen los números de los que les hablo y saben que sí existe la posibilidad real de que puedan perder la elección para Gobernador y otros cargos.

Pero por supuesto Martha Erika Alonso de Moreno Valle sí puede ganar la elección. Tiene recursos, al gobierno estatal operando a su favor, a los órganos electorales a su servicio, al aparato judicial también… y hasta al gobierno federal que jamás ha atacado ni atacará a su esposo y gestión. Esas son ventajas comparativas con las que no cuenta ni MORENA ni el PRI.

Y el PRI. Efectivamente, con Doger quedó el mejor candidato. Eso dio esperanza y hasta bravura a la campaña del tricolor en Puebla. Al parecer todos los liderazgos y grupos quedaron conformes y con algo.

Doger es buen candidato sin duda alguna. Tiene mucho más experiencia que Barbosa y desde luego que Martha Erika. Puede hacer una campaña inteligente y de contraste que pegue a sus adversarios.

Lo único malo (pequeño problema) es la marca que lo respalda. Existe un enorme voto de rechazo hacia el PRI en todo el país y el Presidente Peña Nieto sigue en sus niveles más bajos de aprobación en todos lados. Y por si fuera poco, los aumentos a las gasolinas y la inflación creciendo por todos lados, aumentan la ira de la gente hacia el tricolor.

Entonces, en Puebla, aunque las tendencias nacionales lleven una dirección, aquí pueden cambiar. Aquí sí puede ganar Barbosa, gracias a la ola lopezobradorista, pero también puede ganar Martha Erika Alonso de Moreno Valle gracias a los recursos y el apoyo del gobierno estatal, o hasta puede remontar Doger con una magnífica campaña que ridiculice a sus adversarios.

Todo esto, desde luego, si no existe una gran negociación a los más altos niveles que modifique todos los escenarios y que haga que las encuestas no sirvan para nada, carajo.

Es cuánto.

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