Por Jesús Manuel Hernández
Realmente sus apellidos eran López Zavala, originario de Chiapas, avecindado en Puebla y protegido por Mario Marín con quien logró escalar posiciones nunca imaginadas ni por él ni por el equipo al que pertenecía.
Fue impuesto sobre otros precandidatos que ofrecían quizá un poco más de posibilidades para enfrentar a Rafael Moreno Valle, lo que le valió que la sociedad rechazara participar abiertamente en su campaña. A lo más, pudo sumar a los empresarios beneficiados en aquel sexenio.
La campaña fue un desastre, a los mítines llegaron cientos de miles de acarreados que se aburrían con los discursos y Javier acabó por quitarse parte de su apellido, se quedó con el Zavala y abandonó el López. Su discurso prometía la continuidad de un buen gobierno, ofrecía proteger todos los logros de los grupos de poder.
Periodistas y presidentes municipales fueron amenazados por aquel gobierno si no se sumaban a la campaña de López Zavala quien ostentaba una estructura que para muchos, era difícil de vencer.
Pero sucedió lo que los analistas nacionales y los asesores de Los Pinos habían considerado desde un principio, López Zavala, por el simple hecho de ser hijo político de Mario Marín, estaba condenado al fracaso. Y así fue.
Hoy los poblanos vivimos una contienda donde aparecen las semejanzas. Rafael impuso candidata, impuso condiciones y maniobra para proteger sus intereses bajo la sombrilla de la continuidad.
Martha Erika se quitó el apellido consciente de los negativos que arrastra su esposo quien no se ha aparecido en ningún evento de apoyo, sabedor del daño que puede provocar. Los acarreados siguen aburriéndose con el discurso y el desánimo de los cercanos al morenovallismo va creciendo.
Febrero es un mes donde se registran tradicionalmente muchos vientos en la capital, y según parece al interior del cuarto de guerra hay focos amarillos, la candidata no acaba por prender.
Una encuesta digital fue presentada hace unos días donde Enrique Doger está prácticamente empatado en preferencias con Alonso Hidalgo de Moreno Valle. Ese no es el problema. El problema de fondo es que las campañas formales aun no empiezan y algunos se preparan para las sorpresas.
O por lo menos, así me lo parece.
