Por Valentín Varillas
A Mario Riestra Piña y su esposa, la Secretaria de Educación Pública, Patricia Vázquez del Mercado, jamás les preocupó el hecho de que Rafael Moreno Valle le haya dado forma a una implacable red de espionaje dedicada a la obtención de información potencialmente comprometedora, no solo de sus enemigos declarados, sino de sus aparentes incondicionales en la política y el servicio público.
Tampoco que existan “hackers” al servicio de políticos, empresarios y medios de comunicación, que trabajan para ventilar públicamente escándalos relacionados con la vida profesional o personal de personajes “famosos” de nuestra aldea.
Y es que ellos, desde hace tiempo, son de los poquísimos privilegiados que cuentan con un carísimo software especializado que protege sus comunicaciones personales.
Poseen teléfonos celulares que utilizan un hardware, el cual es encriptado en un sistema llamado “voice-over –ip”.
De esta forma, es prácticamente imposible que sus llamadas, mensajes y demás información sean interceptados dentro del país.
Éstas se encuentran en servidores seguros que operan en Europa y Estados Unidos, por lo que cuando el equipo está siendo utilizado, éste no envía una señal a la torre de transmisión o a las celdas celulares que se encuentren más cerca, sino que la señal “brinca” -a través del servidor que protege al equipo- a otro lugar.
Es decir, si una conversación se está llevando a cabo en Puebla y se utiliza uno de estos celulares encriptados, la señal para la transmisión es “re-dirigida” automáticamente a una torre que puede estar ubicada en Chicago, o bien en París, lo que deja sin efecto cualquier intento de intercepción desde un equipo operado en territorio nacional .
Como de ciencia ficción.
Cada señal de un teléfono móvil convencional tiene un limite de distancia de celdas celulares por lo que se envía a la torre mas cercana.
Por eso, a usted a mí y a cualquier simple mortal, nos pueden intervenir con suma facilidad nuestras conversaciones privadas, mensajes de texto, WhatsApps y correos electrónicos.
Es evidente que hubiera resultado muy sospechoso que Riestra y Vázquez del Mercado hubieran sido los únicos “blindados” del actuar del equipo de espías y hackers al servicio del gobierno estatal en el pasado sexenio.
Por ello, los equipos seguros los operan al margen de sus “otros” teléfonos celulares, los convencionales, los que estuvieron al alcance de Moreno Valle y que son conocidos por políticos, funcionarios públicos y periodistas.
Ahí, lo que se manejan son las banalidades naturales del trabajo y la vida familiar y tal vez algún escándalo menor que pudiera saciar el hambre de sus perseguidores.
Nunca temas que pudieran comprometerlos.
En este contexto, valdría la pena preguntarse qué tipo de temas se manejan a través de los equipos encriptados, que hayan ameritado el millonario desembolso en su adquisición.
¿En ellos hablará la secretaria de los apoyos que opera desde Puebla para Aurelio Nuño?
¿O de cómo se utiliza la estructura de la SEP para perfilar el proyecto político personal de Mario Riestra?
Si no es nada comprometedor ¿por qué tener equipos con estas características?
¿A qué le tendrán miedo?
Y por cierto ¿de dónde se financió la compra de los teléfonos encriptados y quién paga sus altísimas cuotas de operación?
Llama la atención que ni el gobernador actual, ni ningún miembro de su familia, cuenten con equipos siquiera similares.