Por Jesús Manuel Hernández
Desde el pasado lunes el Partido Revolucionario Institucional, o lo que queda de él en Puebla, asumió una postura crítica y exigente respecto de la solicitud de un crédito de parte del ayuntamiento de Puebla.
Según los expertos en temas financieros, los puntos que se cuestionaron en un desplegado aparecido en El Sol de Puebla no están muy alejados de ciertos criterios técnicos, en cuanto a la administración pública se refiere.
Pero evidentemente, el tema, la postura, la exigencia responden más a los asuntos de la política.
La petición del PRI fue tomada por la bancada de diputados locales que ayer también fijó su posición respecto a este tema que será votado, dicen, el próximo jueves, adelantan los legisladores que no avalarán el crédito del ayuntamiento.
Es evidente que los tiempos preelectorales en la entidad están invadiendo ya los espacios de las decisiones públicas y en este juego a algunos les importa más atraer reflectores como los peleoneros de barrio, un asunto que tampoco le ha salido nada mal a los panistas cuando fueron oposición.
El caso es que asombra, vaya que asombra, que los diputados priistas en Puebla se rasguen ahora las vestiduras cuando en el pasado asumieron la posición del avestruz, de la complicidad con el ejecutivo encabezado por Rafael Moreno Valle.
¿Dónde estuvo esta postura cuando se votó la reforma para privatizar la administración del Soapap, o cuando se votó la llamada Ley Bala y sus consecuencias con la muerte de José Luis Tehuatlíe, o cuando se aprobaron las solicitudes para operar las obras públicas con el método de los llamados PPS?
¿Dónde estuvieron los diputados del PRI cuando se votó aprobar las cuentas públicas del gobernador Moreno Valle, qué hicieron por investigar las observaciones por más de 6 mil millones de pesos denunciadas por la Auditoría Superior de la Federación…?
La lista de complicidades es muy larga, de casi siete años donde la complacencia al morenovallismo fue la constante y la crítica la asignatura pendiente.
Por eso desconcierta la nueva postura asumida estos días por un tema donde se ve involucrado directamente Luis Banck, a quienes muchos consideran un político con futuro inmediato.
¿A qué le juega el PRI, a sacar a Banck de la contienda?
¿Acaso ya negociaron la gubernatura a cambio de la Presidencia Municipal de la capital?
Vaya usted a saber. Lo que sí aflora es que cuando los pollitos pían, es que quieren su maicito. Dicho lo cual uno podría pensar que se acabó el maíz para los diputados priistas.
O por lo menos, así me lo parece.
