Vocero del Movimiento Antorchista poblano
Nunca, durante los 15 años y 7 meses (para ser exactos), que el antorchista Martín Julio Pérez Hernández vivió en Huitzilan de Serdán controló la vida de un solo huitzilteco, menos aún los aspectos políticos, sociales o económicos del pueblo en general. Resultan falsos entonces los señalamientos que Fermín Alejandro García, columnista de La Jornada de Oriente, hace; en realidad, es él, el autor de “Cuitlatlán”, quien ataca al antorchismo, valiéndose de los membretes sociales que diseña junto con su “amigo” Fernando Cuellar, el sedicente “defensor de Derechos Humanos”, dedicado a explotar sexualmente a mujeres y amenazar de muerte a los periodistas que se opongan a sus intereses (información que Fermín Alejandro se niega a publicar, a pesar de tener suficientes datos al respecto, ¿por qué será? Que lo diga el propio columnista).
Por lo pronto, procedo a contestar las preguntas que tanto le inquietan a Fermín Alejandro y que han despertado su más elevada capacidad de inventiva, lo que incluso podría llevarle a ganar un premio: “el del columnista más hábil para confundir a sus lectores”. De verdad, creo que se lo merece. Preciso que nada se oculta en el cambio de dirigente antorchista en Huitzilan de Serdán; los activistas de Antorcha son cambiados de lugar de trabajo constantemente. ¿Pruebas? Quien esto escribe se encontraba anteriormente en otro municipio, realizando una labor diferente dentro de la organización de los pobres de México; ello, antes de tener que dedicarme a leer las falsedades que contra el Movimiento Antorchista escriben constantemente Fermín Alejandro, Ociel Mora y socios.
No Fermín, Martín Julio no era, ni es, el principal dirigente en esa región de la Sierra Norte poblana. Dile a tus informantes que, una vez más, te han puesto en ridículo. Te lo explico, por tercera o cuarta vez, pues las anteriores te las ha explicado el ingeniero Juan Manuel Celis, dirigente estatal de Antorcha, o el mismo Martín Julio, cuando has platicado con ellos; por ejemplo, cuando fuiste a visitar Huitzilan (me pregunto, ¿por qué no escribiste en esas fechas sobre los señalamientos contra Martín Julio?). El principal dirigente de Antorcha en esa región está en la ciudad de Zacapoaxtla…te dejo de tarea investigar su nombre.
Es cierto, Martín Julio no es de Huitzilan, pero él ha hecho por ese municipio más que todos esos “presos políticos” (en realidad asesinos y ladrones) que defiendes a capa y espada; me refiero a gente como los Melchi Lira, conocidos sicarios profesionales, y a los miembros del “consejo ciudadano” que controla Fernando Cuellar Muñoz. ¿Cuál manto de opacidad? Sólo el que tú nos brindas, porque ¿cuántas veces le hemos enviado invitaciones y boletines al medio de cual eres Jefe de Información? Tantas como eventos hemos tenido, pero ni tus reporteros ni tú han acudido a uno solo de ellos. Sólo “nos cubren” cuando se trata de atacar.
Una vez más, te dejo abierta la invitación para que, cuando gustes, vayamos de nuevo a Huitzilan y compruebes otra vez dos cosas: una, que Martín Julio no es “asesor” sino activista de Antorcha y, segundo, el lugar y las humildes condiciones en las que viven todos los activistas de Antorcha. Estoy seguro de que tú vives en mejor sitio y con mayores lujos, sobre todo, después de todo el dinero que le has podido sacar a un ex dirigente sindical (y eso que sólo eres Jefe de Información y columnista). Por muy grande que pueda ser la casa en la que viven los activistas antorchistas en Huitzilan de Serdán, no creo que valga más que la tuya, aquí en Puebla ¿No crees?
No sólo durante 15 años y siete meses ocurrieron asesinatos en Huitzilan y sus alrededores, años atrás también habían ocurrido; de hecho, por esa razón, llegó Antorcha a Huitzilan, pues ni el gobierno fue capaz de frenarlos y, en todo los asesinatos, salen a relucir los nombres de aquellos a quienes el columnista ha intentado hacer aparecer ante la opinión pública como “presos políticos” y son ellos precisamente los que saben a ciencia cierta la cantidad de gente que han matado. Todo es cosa de que Fermín regrese a sus andadas de reportero y les pregunte ¿o ya lo sabía y sólo le da manejo mediático para acusar a otros? Es posible.
¡El colmo! Ahora pretende acusarnos de la muerte de Máximo de la Cruz Rivera, de quien dice: “se presume había roto con Antorcha”. Le podría repetir de nueva cuenta lo que ya sabe el columnista, pero me basta con exhibir su mala fe. Que me explique, ¿por qué el beneficio de café que tiene Antorcha en Zacapoaxtla se llama “Máximo de la Cruz Rivera” si supuestamente ese reconocido luchador social ya había roto con nosotros? La verdad es que don Máximo fue la víctima de los amigos de Fermín Alejandro, de Fernando Cuellar y del propio reportero Martín Hernández, incondicional y colega del autor de “Cuitlatlán”.
Por cuanto hace a su “fuente”, Martín Hernández, quien parece que cubre Antorcha, pero que nunca acude a una sola rueda de prensa y, mágicamente, “recuerda” su experiencia con Martín Julio, el Jefe de Información y columnista vuelve a mentir y a maniobrar. La anécdota que Fermín pone en voz de Martín Hernández ocurrió como sigue: la nota por la que acudimos a visitar las oficinas de La Jornada de Oriente la firmó Josué Mota Corro, no Martín Hernández, y acudimos un grupo de 15 personas, entre ellas Martín Julio Pérez Hernández, así como el ex presidente auxiliar de Totutla, Sergio Cortes, y quien esto escribe; llegamos a las 5 de la tarde, aproximadamente, y encontramos en la entrada del periódico al mismo Fermín Alejandro, quien, luego de saludarnos y de nosotros explicarle el motivo de nuestra visita, nos dijo que el reportero Mota Corro no se encontraba y que en su lugar nos atendería Martín Hernández.
Ese reportero, luego de escuchar la versión del presidente de Totutla, de varios pobladores y del propio Martín Julio, nos dijo que, debido al cierre de la edición de ese día viernes y por no circular su periódico sábado y domingo, la información aparecería el lunes siguiente; sin embargo, es hasta hoy cuando se publica dicha información, pero en forma de ataque, tergiversando los hechos y manipulándolos; así, es totalmente falso –como pretendo haber demostrado- todo lo que Fermín Alejandro pone en boca de Martín Hernández, ¿o no Fermín?