Por Shanik David
El incremento en hechos delictivos, cada vez más violentos, es una prueba de que las estrategias de seguridad no han sido suficientes y que este es un problema que se ha salido de control en la entidad, cuestión que es responsabilidad tanto del gobierno del estado como del ayuntamiento de Puebla, sentenció Emilio Baños Ardavín, rector de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Esto lo señaló luego de que el fin de semana, en un asalto con violencia en una pozolería, murió un joven que cursaba la licenciatura de Veterinaria en la universidad y su padre, por lo que consideró que se ha dado una escalada en la incidencia delictiva.
“Como voz de la ciudadanía, exigimos la acción de la justicia que debe ser pronta y expedita, para que prevalezca el Estado de Derecho y el clima de justicia y paz que merecemos”, expresó el rector hacia el alcalde Luis Banck Serrato y las autoridades estatales para que se ponga atención en este tema que cada vez afecta más a los ciudadanos.
Además, exhortó a las autoridades a organizar sus prioridades y dejen en un segundo plano las posibles aspiraciones políticas que pudieran tener -como el caso del presidente municipal-, pues como autoridades, insistió, su interés debe estar en el combate a la delincuencia y a la desigualdad, y sólo una vez que atiendan estas problemáticas podrían buscar algún otro cargo de elección popular.
Explicó que esta escalada en la inseguridad responde a que se han presentado delitos menores que, al no ser atendidos de manera oportuna por las autoridades, se han ido sumando hasta llegar a las condiciones que se viven en la actualidad.
Puso como ejemplo la situación que se vive en torno al campus en el barrio de Santiago, donde tan sólo las autoridades universitarias registran alrededor de ocho casos delictivos al mes, los cuales, dijo, no son todos los que se dan.
“Como decimos UPAEP es en toda la ciudad, y es en todo el estado, se requiere inteligencia y medidas más audaces”, insistió el rector al señalar que, en promedio, se estima que el aumento de la incidencia delictiva en la zona es de alrededor del 50 por ciento.