Por Jesús Manuel Hernández
Entre más se intenta ocultar la complicidad de autoridades poblanas con el tráfico del combustible robado en el Triángulo Rojo, más información aflora en el orden nacional sobre las líneas de investigación que se vienen acomodando a un escenario nada favorable para el equipo que gobernó el sexenio pasado.
Rafael Moreno Valle intentó desviar la atención con una apresurada declaración donde culpa al gobierno federal del tropiezo de las investigaciones y la falta de un marco legal, pero no responde a su grado de conocimiento de los hechos y la estrecha relación de parte de su equipo con esta zona donde además se canalizó una buena parte del presupuesto estatal y federal en los rubros de seguridad.
A la par los empresarios cooptados y serviles al morenovallismo, actuaron para disculpar al ex gobernador de su presunta responsabilidad en los hechos, mientras rectores de universidades y senadores se pronuncian por investigarle.
Aventar la primera piedra a Peña Nieto por parte del ex gobernador poblano, pudiera ser mal interpretada en el grupo cercano a Los Pinos, pues hasta ahora las condiciones de sobrevivencia de ambos habían sido selladas en el orden económico, con esta acción es posible que se avecine un distanciamiento que además podría ser abundado por otros grupos luego de los resultados electorales del 4 de junio en el Estado de México.
O por lo menos, así me lo parece.
