Por Shanik David
Aunque después del pasado proceso electoral se han hecho modificaciones a nivel federal al Protocolo para la Atención de la Violencia Política contra las Mujeres, ésta todavía no se contempla como uno de los tipos de agresiones o de conductas discriminatorias contra las mujeres reconocidas en la ley.
Esto incluso a pesar de que ya se cuenta con una iniciativa aprobada en comisiones en el Senado de la República y una reforma constitucional que obliga a una paridad horizontal para la elección de 2018, es decir para la próxima elección todos los partidos en todos los estados del país y a nivel federal deberán postular al mismo número de mujeres que de hombres a los cargos de elección popular.
Ante esto, si bien el Partido Revolucionario Institucional ya comenzó la capacitación de sus cuadros femeninos para el siguiente proceso electoral, la secretaria del Comité Directivo Estatal, Rocío García Olmedo, reconoció que hace falta la tipificación de la violencia política para facilitar la participación de las mujeres.
Puso como un ejemplo de lo que implica esta violencia todo lo que pasó Blanca Alcalá Ruíz en el pasado proceso electoral, donde fue objeto de una persecución sistemática no sólo de los partidos políticos sino del propio gobierno, por lo que es necesario contar con herramientas legales para evitar que este tipo de situaciones se lleguen a repetir.
Un primer paso, dijo, es que se apruebe en el pleno del Senado la propuesta que ya se tiene lista tras lo cual se tomarán medidas en cada una de las legislaturas estatales para homologar esta tipificación.
Es más, dijo que en una reunión que se tuvo recientemente con el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor, Enrique Ochoa Reza, el líder priísta se comprometió a que este será uno de los temas fundamentales que impulsará la dirigencia nacional.
Dentro de las iniciativas que están pendientes de aprobación en el Senado, presentadas por Lucero Saldaña, se indica que los tipos de violencia política son el mal uso del presupuesto de los partidos políticos para la capacitación de mujeres, el envío de las candidatas a distritos donde saben que perderán, obligarlas a renunciar para dejar su cargo a un varón, el trato discriminatorio que se les da a las políticas en los medios de comunicación, ocultarles información, exigirles más que a los varones, segregarlas en las discusiones, amenazarlas, entre otras.
