Por: Valentín Varillas
El ex gobernador de Puebla, Manuel Bartlett, será fundamental para que se dé un acercamiento político entre Andrés Manuel López Obrador y quien fuera líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones.
Si bien no hay ni fecha ni lugar definidos, operadores de ambos personajes afinan detalles para concretar una encuentro del que podrían surgir compromisos importantes de cara a la coyuntura electoral del 2018.
Por parte del senador Bartlett, en este esquema es de suma importancia quien fuera su poderoso e influyente subsecretario de egresos de la Secretaría de Finanzas en el gobierno estatal, Mauro Uscanga.
En la más reciente campaña, el otrora llamado “Don Dinero” jugó un papel importante en el manejo de los recursos de la candidata del PRI, Blanca Alcalá.
La posición fue palomeada personalmente por Beltrones, quien conoce muy bien a Uscanga desde que coincidieron en la Secretaría de Gobernación que encabezaba Fernando Gutiérrez Barrios, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Ahí, Manlio Fabio se desempañaba como subsecretario de gobernación y Mauro era el director Administrativo de la dependencia.
Si bien la campaña priista no llegó a buen puerto y se comenta que algunos vivales le metieron ya no la mano, sino medio cuerpo a los recursos que se manejaron, lo cierto es que sin Uscanga, el saqueo podría haber sido mucho peor de lo que fue.
Después de lo que sucedió en las elecciones estatales de este 2016 y de acuerdo a la forma en la cual se dio el relevo en la dirigencia nacional del tricolor, un amarre entre el Peje y Beltrones no parece hoy tan descabellado.
El grupo del presidente Peña demostró que prefirió perder posiciones políticas importantes para el Revolucionario Institucional, antes de fortalecer a Manlio Fabio y favorecer sus posibilidades de pelear por la candidatura presidencial.
Además, con la llegada de Ochoa Reza a la presidencia del CEN del partido, el “peñismo” manda un mensaje claro de que mantendrá el control del tricolor a como dé lugar y llevará mano en la selección del candidato y la definición de la estrategia electoral con la que intentarán mantenerse en Los Pinos.
En este contexto, puede haber mucho más coincidencias que diferencias entre quienes en su momento se formaron en aquel viejo PRI que por décadas disfrutó de las ventajas de aquel oscuro y terrible régimen de partido único.
Un día después de haber presentado su renuncia a la dirigencia del partido, Beltrones sorprendió al declarar en una entrevista radiofónica que “si Andrés Manuel gana las elecciones en el 2018, no sería una mala noticia”.
Por su parte, el discurso de López Obrador ha intentado dejar a un lado el radicalismo y busca volverse más incluyente, al no descartar el integrar a su proyecto a personajes importantes de otros signos e ideologías políticas, siempre y cuando tengan algo valioso que aportar.
Al final, una alianza pragmática entre ambos pudiera resultar benéfica para ellos.
De ganar AMLO, Manlio Fabio podría regresar a los primeros planos de la política nacional, algo imposible de lograr durante la permanencia del actual grupo en el poder.
Por otro lado, la integración del ex gobernador de Sonora podría mandar un mensaje de certeza y confianza para aquellos sectores que consideran todavía al Peje como “un peligro para México” y quien llevará inevitablemente al país a la desgracia económica y social.
En estos tiempos, en donde la política nacional es un ejemplo claro de surrealismo extremo, ya todo puede pasar.
¿No cree?
Peores aberraciones vemos todos los días.
