Por: Socorro López Espinosa
La norma oficial mexicana de emergencia pretende disminuir la contaminación del aire en la ciudad y en el valle de México. La Semarnat sugiere que la norma en sí es la salida a esta crisis de contaminación, pero no fija metas y mucho menos ataca otros factores que inciden en el problema, solo se va al control de vehículos.
En el documento difundido este martes sobre la nueva norma ambiental de emergencia se aborda única y exclusivamente el control de los vehículos se incluye por primera vez a los de transporte de carga y de pasajeros, se dan lineamientos sobre la tecnología a utilizar, sobre la operación de los centros de verificación, se faculta a la Semarnat y a la Profepa para supervisar y hasta sancionar a dichos establecimientos.
Varias interrogantes surgen del documento que emite la nueva Norma Oficial Mexicana de Emergencia NOM-EM-167-SEMARNAT-2016.
Ni en el documento -publicado en el Diario Oficial de la Federación- ni en la conferencia de prensa la Semarnat fijó metas y tampoco se hizo referencia a otro tipo de medidas que deben tomarse en cuanto a la industria, al tipo de combustibles que utilizan vehículos e industrias
Solo se hace referencia que de acuerdo con Inventario de Emisiones de la Zona Metropolitana del Valle de México del año 2012, elaborado por la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del entonces Distrito Federal, se concluyó que: “en el valle de México las fuentes móviles contribuyen con el ochenta y ocho por ciento del total de las emisiones de óxido de nitrógeno calculadas y con el treinta y dos por ciento del total de las emisiones de los compuestos orgánicos volátiles; por lo que se refiere a las partículas PM2.5 éstas provienen principalmente de los procesos de combustión y que, tratándose de los vehículos en circulación, los que utilizan diesel como combustible son la principal fuente de emisión de dichas partículas”.
No se sabe la cantidad de contaminantes que esperan reducir con la norma en el Valle de México y la zona metropolitana
No se involucró a otras dependencias para fijar metas con la nueva norma.
¿Cuántas personas dejarán de presentar enfermedades vinculadas con la contaminación, durante esos seis meses que regirán la norma de emergencia?
No se aclara por qué se dan 6 meses para aplicar la norma emergente.
¿El plazo es para preparar la norma definitiva?, ¿el plazo es para ver si realmente son efectivas las medidas y hay un resultado en 180 días?, ¿seis meses requieren los verificentros para cambiar de tecnología y luego ya veremos cómo funcionan?
En el documento sobre la nueva Norma Oficial Mexicana de Emergencia NOM-EM-167-SEMARNAT-2016 no se argumenta porqué la medida debe aplicarse también en los cinco estados que rodean a la Ciudad de México, se sobreentiende pero, debería haberse plasmado en el documento.
Está claro que no hay estudios ni mediciones sobre la contaminación en las otras entidades, porque los equipos no funcionan, como es el caso de Puebla.
No se hace referencia a la calidad de los combustibles que se utilizan en México
Tampoco se menciona si habrá o no modificación a la norma para los vehículos que se fabriquen en México, pues ya se sabe que hay una notable diferencia entre el tipo de autos que hay en México y los que se exportan a Estados Unidos.
¿De qué sirve una norma ambiental “emergente” si varios factores que inciden en la contaminación no son atendidos, y sólo se ataca el último eslabón de la cadena?
¿Será que las grandes armadoras de autos en México cabildearon con las autoridades federales para que no se modifique la norma del tipo de autos que deben fabricar para el país? Solo es pregunta.
Es claro que debe atenderse el problema de contaminación en el aire en el Valle de México y su Zona Metropolitana, pero tal como la nueva NOM no se va a fondo, no hay una atención integral del problema y sólo se actúa sobre una parte, que son los vehículos.