Por Jesús Manuel Hernández
Sin duda en esta semana se terminará por definir el rumbo del proceso electoral en Puebla. Pese a todo esfuerzo, Blanca Alcalá no acaba de subir y Tony Gali no acaba de bajar.
Si bien, en los dos equipos se reconocen aciertos y errores, los conductores de la campaña poseedores de estilos totalmente diferentes, enfrentan además el escenario nacional, Puebla está en el ojo del huracán por varias razones, la más importante el escenario previsible de 2018.
Encuestadores serios coinciden en que la diferencia real de entre 4 y 5 puntos, no garantiza para ninguna de las partes el triunfo de manera tranquila. De ahí la importancia en observar la tendencia que sigue Roxana Luna, con una campaña ajena a la propaganda tradicional y en la antesala de una senaduría, o Ana Tere Aranda quien por lo visto sólo tiene un trabajo, seguir haciendo que Gali caiga. Abraham Quiroz en cambio, aporta su activo en aras de 2018 y de López Obrador por supuesto, un asunto que a final de cuentas era de esperarse y que le significará una curul en el futuro.
El debate de este 12 de Mayo dará algo más de luz sobre el escenario previsible del 5 de Junio.
A Blanca Alcalá le han venido a reforzar asesores de altos vuelos, la ofensiva personal contra Gali le ha permitido alejar la percepción de que no tenía suficiente fuerza para gobernar y que sería manipulada por los grupos tradicionales del PRI. La transparencia y la forma de responder los ataques la sitúan nuevamente subiendo la escalera.
Muchos se han sorprendido e incluso les asalta el temor de la persecución si es que gana las elecciones pues en el entorno íntimo de Manlio Fabio se sabe de quiénes han traicionado la operación, como ejemplo citan la pasividad de la CNOP.
Gali no acaba de sacudirse la influencia del equipo morenovallista, la llegada de algunos asesores, frescos, no contaminados por el proyecto presidencial, le ha abierto nuevos caminos, pero sigue pesándole el tema de la riqueza personal, la transparencia, el incumplimiento del 3×3 y la duda sobre su verdadera independencia del gobernador.
Ante ese escenario, los promotores de Gali anuncian en corto –no sea que el gobernador se entere- que Tony una vez haya ganado se lo sacudirá, tomará su estilo propio, escuchará y dialogará con la gente, etcétera. En contra, los promotores se topan con el argumento de que a Gali, Rafael lo tiene amarrado con las cuentas públicas en el Congreso del Estado.
Mientras tanto el costo de la operación política se incrementa. Los organizadores y líderes de los clubes de votación han subido la cuota. Y extrañamente, las despensas prometidas para el 5 de Junio se han adelantado. Allende Valsequillo, los apoyos económicos y materiales llegaron desde la semana pasada, un asunto poco usual entre los profesionales de la operación electoral. Aducen que quieren demostrar que sí cumplirán con el acuerdo, o más bien que hay un fuerte temor de que se presente la desbandada.
Y es que, como todo mundo sabe, mariachi pagado toca mal son.
O por lo menos así me lo parece.
