La glosa del cuarto informe de labores del gobernador Marín, más que un análisis serio, detallado, conciso, realista del estado que guarda la administración pública estatal a cuatro años de administración, se ha convertido en el escenario perfecto para que miembros del gabinete ventilen sus filias y fobias en función de la terrible sucesión adelantada que se vive en nuestro estado y que ya ve, todo lo manda.
Sucedió durante la larga, sosa, plana, aburrida, cansona y por lo tanto absolutamente prescindible comparecencia del contralor Víctor Manuel Sánchez Ruiz.
El coordinador de los diputados panistas en el congreso local, Eduardo Rivera, además de los señalamientos que le hizo al funcionario en torno al caso Juárez Acevedo, criticó la postura de la Sedecap en torno a la construcción de la carretera Chiautla de Tapia-Chila de la Sal en términos de sus avances reales y la cantidad de recursos empleados para su construcción.
Según Rivera, la obra no estaba terminada pero había sido ya previamente inaugurada por el gobernador y los alcaldes de los municipios involucrados.
La pregunta detonó la ira del diputado priista por Ciudad Serdán, Víctor Huerta Morales, quien increpó al legislador blanquiazul, lo llamó ignorante y le recordó que fue el propio alcalde de Chila de la Sal, Miguel Ponce Chávez, de extracción panista, el que en la ceremonia de inauguración de la carretera se deshizo en elogios a favor de la obra, recalcó varias veces los beneficios que esta traería a su comunidad y agradeció los esfuerzos del gobierno estatal para comunicar a municipios de la mixteca poblana.
La reacción del priista llamó la atención de los presentes por su virulencia y agresividad.
Tanto así, que al final de la comparecencia, el propio Rivera buscó a Huerta Morales para aclarar el punto y para comentarle que había recibido una llamada en donde el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Valentín Meneses, le “recomendaba” meter el tema en la sesión de preguntas y respuestas para obligar al contralor a emitir una opinión al respecto y, de ser posible, iniciar una investigación a la Secretaría de Obra Pública estatal.
Sí, otra muestra burda del mal llamado fuego amigo, ese que se distrae a muchos funcionarios del gobierno estatal de sus principales responsabilidades y que genera una agenda particular de secretarios que responde a intereses políticos personales y no al beneficio de la colectividad.
Lo curioso de esta historia es que los priistas echan mano de tontos útiles, con responsabilidades concretas en otros partidos y supuestamente ajenos a la sucesión, para sudar sus calenturas personales.
De pena ajena.
DICE QUE VA CON TODO
Por cierto, Meneses jura y perjura que será el y nadie más el candidato priista a la alcaldía y que, además de la bendición del magnánimo, todopoderoso, ya tiene en la bolsa una serie de apoyos a los que considera “fundamentales” para lograr su aspiración.
Ahora bien ¿quiénes conforman estos apoyos?
Pues sí, atinó: se trata de organizaciones de transportistas que aseguran estar dispuestos a apoyar políticamente al funcionario, siempre y cuando éste logre cabildear ante el congreso las reformas necesarias al artículo 86 del Código de Defensa Social para que choferes del transporte público que se vean involucrados en accidentes en donde se registre la pérdida de vidas humanas, puedan salir libres bajo fianza.
Sí, ese es el garlito, y lo peor, es que algunos concesionarios se la han comprado.
Por cierto ¿qué dirá Montero?
Su amigo del alma, su compadre querido, el que busca con todo la misma posición.
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