Por Shanik David
El acto protocolario pareció un mero trámite. Contrario a lo eventos pasados, los elogios entre los gobernantes fueron mínimos. Rafael Moreno Valle, como de costumbre, aplaudió y reconoció el apoyo recibido por el gobierno federal, ensalzando al presidente Enrique Peña Nieto y su presencia en el estado. De parte del Ejecutivo Federal, las palabras al mandatario poblano fueron escasas.
En su discurso al momento de inaugurar el Hospital de Ortopedia y Traumatología Doctor y General Rafael Moreno Valle, Peña Nieto expresó su agradecimiento por haberlo invitado a este acto y otras inauguraciones que se tienen en días próximos para las cuales “me es materialmente imposible venir”, esto en referencia a la apertura del Museo Internacional del Barroco que se tiene programada para este jueves.
El presidente incluso mencionó que el mandatario poblano “ya está en la recta final de su administración”, y destacó que en estos años se han hecho obras de impacto social y que desde la federación se espera que siga así. Después nada más.
Peña Nieto se enfocó a referir la importancia de los trabajadores en el sector salud, la importancia del hospital que se inaguraba, así como la inversión de dos mil 600 millones de pesos que ha hecho el gobierno federal en infraestructura de salud en Puebla -sin mencionar la participación del gobierno poblano-.
Sin embargo, aprovechó para dar una justificación velada del nombre del nosocomio “Doctor y General Rafael Moreno Valle”, pues dijo que esta denominación no es sólo porque esta persona sea el abuelo del gobernador del estado, sino que fue y es un personaje importante para el sector salud en el país.
El mensaje del ejecutivo para el caso de Puebla fue breve, y cerró con menciones de la alerta de salud por el brote del virus del Zika, así como las heladas en el país.
Destaca que en las últimas visitas que han hecho funcionarios de primer nivel del gobierno federal, se ha dado un lugar privilegiado a Blanca Alcalá Ruiz, en su calidad de virtual candidata a la minigubernatura. En este caso, la senadora llegó como el resto de los invitados especiales, se sentó en primera fila y presenció el evento acompañada de Enrique Doger Guerrero y Lucero Saldaña.
Fue al termino del evento, cuando el presidente bajó del presidium a saludar a los asistentes, y se acercó a saludar a la senadora, con quien intercambió un par de palabras, para después alejarse.
