1.- El cuadro a continuación sintetiza las declaraciones del Ciudadano Senador de la República: Rafael Moreno Valle, a este nuestro diario en días pasados.
COMPARACIONES ENTRE EL GOBIERNO DE MELQUIADES MORALES Y EL DE MARIO MARIN.
2.- En mi consideración esta declaración parte como línea de acción de su estrategia informativa, montado en este caso concreto en el primer trienio que sirvió como funcionario designado de primer rango.
2.1.- Todas las acciones positivas realizadas en el sexenio de Melquíades, y ponderadas por Moreno Valle, llegan a un mismo centro: ÉL.
2.2.- Desde el inicio de la entrevista habla de que las obras que se planearon se realizaron. Estuvieron bien aplicados los recursos; y sin mencionarlo, cualquier persona informada sabe que ÉL fue el Secretario de Finanzas.
2.3.- De llegar ÉL al poder ( Moreno Valle), planeará con anticipación y entregará las obras sin endeudamiento, pues ya tiene la experiencia del periodo de Melquiades.
2.4.- Habla de la confianza (en su momento) que le tuvo Melquiades y de como ÉL contribuyó en el logro de los resultados.
2.5.- Seguirá hablando bien del período de Melquiades EN TEMAS QUE LO involucren a ÉL, puesto que el fue uno de sus hombres de confianza y se llegó a decir que era su “DELFIN”.
2.6.- Hace sentir que no solo Marín falla sino también su personal, puesto que el Secretario de Finanzas y de obras públicas juegan un papel importante.
2.7.- Dirá que aunque tome el gobierno con pocos recursos o gran deuda ÉL los sabrá aplicar y tomará el ejemplo de Melquiades.
3.- Debo hacer constancia en todo momento que el discurso (de discurrire-pensare) emitido por el señor Senador a final de cuentas es simplemente anecdótico, exalta la mitad del gobierno Melquiadista, y entraña dos respuestas:
Una, la de cualquier priista de mecha corta que inmediatamente agreda al emitente de la declaración en nombre de la lealtad.
Otra, sería revisar exaustiva y metodizadamente el trabajo personal del Senador declarante y exhibir públicamente su hacer.
Ambas me parecen innecesarias, lo que el priista común y corriente debe hacer en estos casos es no embobarse en un fenómeno meteorológico partidario-electoral y avocarse cien por ciento al proceso mecanicista del desarrollo social.
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