Por Alejandro Mondragón
¿Qué intereses políticos representa Miguel Ángel Arévalo Sosa, dueño de la constructora Melare, la cual inició el sexenio con obras por 58.7 millones de pesos, y lo termina con un proyecto de 95.8 millones de pesos?
¿Qué papel juega con un pool de contratistas en el manejo millonario de facturas, adquisición electrónica de insumos para trabajos y, sobre todo, la limpieza financiera de los precios alzados de las obras?
Ahora, la constructora Melare “ganó” la licitación para la creación del Parque de la Constancia, cuyo monto ascenderá a 95.8 millones de pesos.
Miguel Ángel Arévalo es un constructor que encontró en los primeros años de la gestión de Rafael Moreno Valle su entrada a las grandes ligas de la obra pública.
Desde la Secretaría de Infraestructura facturó en los primeros dos años del sexenio alrededor de 58.7 millones de pesos.
De hecho, empezó la administración morenovallista como palero de algunas invitaciones de obra. Por ejemplo: Constructora Melare, propiedad de Arévalo, fue invitada para validar que Ingeniería Orca se encargara del millonario remozamiento de Casa Puebla.
Gracias a su papel de comparsa, Melare obtuvo posteriormente contratos millonarios: el convenio OP/LPNN6/SI-20130061 para las oficinas temporales de Audi en su primera etapa, le representó una ganancia de 13.2 millones de pesos.
También se le entregó en 2012 la ampliación de carriles y el nuevo estacionamiento de la zona de cobra de la caseta de Atlixco por 8.2 millones de pesos. El entonces secretario de Infraestructura, Antonio Gali, le adjudicó directamente el contrato.
También Melare se quedó en 2011 con el convenio OP/IF3/SI-20110340 para la imagen exterior del museo Imagina por 9.8 millones de pesos.
Se le dio en 2013, el proyecto integral para construir la casa de la justicia en Huauchinango. Según el número de contrato OP/LPNN46/SI-20131051 representó para Melare una obra por 28.7 millones de pesos.
Igualmente, el dinero del CAPCEE ha sido utilizado para favorecer a Melare, pero además el recurso público del sector salud. El contrato SSEP-DOI-LPE-002/2012 indica que ganó 12.6 millones de peso en el Hospital Comunitario de Huehuetla.
El problema de Melare fue su incumplimiento en los términos de entrega de las obras. De hecho, tras la salida de Antonio Gali de la Secretaría de Infraestructura fue relegada de más proyectos, aunque apareció en algunos más como palera para que otras se encargaran de los trabajos.
El SAT sigue sus huellas desde hace rato.