Por Alejandro Mondragón
En septiembre del 2014, el periodista Valentín Varillas se encontró al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa en el aeropuerto de la Ciudad de México.
En aquella ocasión, cuando el ex mandatario supo que el autor de la columna La Tempestad era de Puebla, su rostro cambió y prácticamente le dio el pésame a Varillas; le dijo sentirse arrepentido de haber respaldado al gobernador Rafael Moreno Valle.
Recientemente, otros poblanos han coincido con el ex presidente en la sala de espera de algún aeropuerto, en el avión o algún restaurante, donde el esposo de Margarita Zavala ya no cuida las formas.
De inmediato se descompone, manotea, se encabrona y lamenta que sus interlocutores tengan un gobernador como Rafael Moreno Valle.
¿Qué favor le habrá hecho el gobernador Rafael Moreno Valle al hoy ex presidente Felipe Calderón Hinojosa?
¿Por qué lo quiere ahorcar?
Calderón comentó a un empresario de Puebla, con el que coincidió apenas en el vuelo Madrid-México, que como presidente otorgó todo su respaldo a Moreno Valle para que fuera gobernador.
Derecho de picaporte en secretarías, recursos, inteligencia y estructura partidista, hasta sus aliados se sumaron al proyecto del hoy gobernador de Puebla para derrotar a Mario Marín.
Después de su victoria, siguieron los respaldos. Recordó que entregó más de 2 mil millones de pesos para obras y acciones con motivo de las fiestas del 150 aniversario de la batalla del 5 de mayo.
¿Y qué recibió a cambio?
Pues atacó políticamente a su esposa Margarita Zavala, operó en su contra, le lanzó campaña interna y la exhibió como incapaz de ganar la nominación en la búsqueda de la candidatura a diputada federal plurinominal por la Cuarta Circunscripción.
“Se alió con Gustavo Madero para lastimar a Margarita y eso, no se lo perdono; me traicionó y en su momento se la cobraré”.
Lo que comentan es que su enojo se vuelve casi furia cada vez que mencionaba al góber.
La última vez que se le vio a Calderón contento en Puebla fue aquel 5 de mayo del 2012, a propósito de los festejos conmemorativos.
Ese día hasta se quedó a dormir en la suite presidencial del Hotel Presidente Intercontinental, después de ser agasajado por su gobernador que presumía en todos lados: Rafael Moreno Valle.
Hoy, cosas de la política, ambos están distanciados. Tanto que en la campaña de este año por la gubernatura en Querétaro, coincidieron en un acto de apoyo a Pancho Domínguez, pero el ex presidente pidió no compartir el mismo presídium con el gobernador de Puebla.
Y así fue. Nunca se dio la foto como sí ocurrió con Madero y Calderón, a quienes lo único que separó fue Domínguez.
Posterior a las elecciones intermedias, Felipe Calderón regresó a Puebla, mientras Moreno Valle anda de gira por Alemania, Italia y Francia.
Estuvo en Atlixco en la boda de su amigo Jorge Zermeño. Vistió un traje oscuro que le quedaba grande y una corbata azul cielo con franjas negras. El ex presidente repartió hasta tarjetas de presentación porque decía estaba ahora del lado ciudadano.
Otro personaje muy molesto con el góber es el senador Ernesto Cordero, a quien no hace mucho se vio comer con su amigo Manlio Fabio Beltrones, líder nacional del PRI.
Me parece que andan pasando corriente.
