Por: Jesús Manuel Hernández
Ricardo Anaya le ha cumplido a medias al gobernador de Puebla; el gesto del primer morenovallista de la entidad no es agradable cuando le tocan el tema sobre los reacomodos en su partido y el impacto que ha generado la llegada de su esposa a la dirigencia estatal.
Antes sólo le molestaban las declaraciones de Rafael Micalco y las reapariciones de Eduardo Rivera. A Ana Tere Aranda la menosprecia desde hace algunos meses.
Otros panistas, en el limbo, han recibido, en cambio, invitaciones privadas a sus modernas e inteligentes oficinas en el CIS de Angelópolis, ahí los recibe, les abraza y apapacha y les pregunta ¿Y tú qué quieres? Algunos le contestan, se ponen de “pechito” y el gober les canaliza sus inquietudes. Otra vez está en tiempos de sumar.
El sello de su nuevo discurso es el “patriotismo”. Aquí le presentamos una aproximación a media semana sobre este concepto que empezará a ser usado a diestra y siniestra. La razón no es equívoca, el antídoto para el “populismo” que tanto teme el presidente Peña Nieto, se llama “patriotismo”. Y Moreno Valle está dispuesto a ser el primer defensor de la patria.
Dicho de otra forma, el gobernador de Puebla nuevamente levantará vuelo para seducir al mismísimo presidente y al grupo que le acompaña en el poder.
Se presentará como “El Salvador”, el único hombre, el único mexicano, el único político capaz de frenar a Andrés Manuel López Obrador y el populismo denunciado en las Naciones Unidas.
Y es que, volviendo a Ricardo Anaya, Moreno Valle se quedó un tanto colgado de la brocha.
El acuerdo era muy simple “yo te ayudo, te opero, busco el financiamiento y si ganas tu me haces candidato”.
El primer revés lo sufrió el morenovallismo con la inclusión de Margarita Zavala en el primer nivel del partido. Anaya le guiña el ojo al calderonismo y le abre las puertas a los panistas puros, a los que no cambiaron de cachucha. Y eso le molestó al gober.
Y es que un hombre tan informado como él, seguramente ya se ha enterado de las maniobras en favor de Margarita para hacerla la candidata de unidad, del panismo viejo, moderno, tradicional y sobre todo de género.
Y eso a Rafael no le gusta, más bien le molesta.
Luego entonces, el patriotismo le abre un nuevo canal de comunicación a Los Pinos, y de la mano del nacionalismo, del viejo sistema, por qué obvio es que la propuesta no se limitará al patriotismo académico, sino al práctico. Frenar a López Obrador será, a partir de ahora, defender a la patria.
Y curiosamente en esa misma línea están los llamados intelectuales que se reúnen con Diego Fernández de Ceballos en su casa… la duda por despejar es si Carlos Salinas de Gortari ve en Moreno Valle a la carta para frenar al Peje.
O por lo menos así me lo parece.
¿Usted qué opina?
