Dirigente del Movimiento Antorchista en la mixteca poblana
La historia de Puebla registra dos periodos oscurantistas, de dos gobernadores (Maximino Ávila Camacho y Antonio Nava Castillo), quienes con su con su actuar ensombrecieron la vida política de nuestro estado; la principal característica de ambos gobiernos fue la de ser perversos y mafiosos, cualidades que hoy distinguen al intolerante secretario de Gobernación de la administración marinista: falso en el diálogo, con dobleces en el trato con las organizaciones y con los ciudadanos, y, por tanto, incapaz de cumplir los acuerdos tomados, lo que provoca una total y absoluta incertidumbre en torno a la seriedad y formalidad política de las negociaciones con el gobierno. Lo que es peor, en lugar de ayudar a gobernar al actual mandatario, le crea más problemas de los que ya tiene, ¿será cierto lo que se comenta en los pasillos de la política, en el sentido de que el principal obstáculo del titular de SEDESO, en sus aspiraciones políticas (y por tanto del gobernador), es el secretario de Gobernación?
Esa actitud de Mario Montero es lo que ha hecho que miles de poblanos nos hayamos manifestado el pasado 6 de noviembre, por el incumplimiento de acuerdos pactados con las secretarías de Desarrollo Social y Rural, mantuvimos un plantón durante quince días y realizamos una marcha durante el mes de septiembre, frente a esas dependencias. Como resultado de esas protestas, se tomaron esencialmente dos acuerdos: ambas secretarías cumplirían de inmediato la palabra empeñada y la Secretaría de Gobernación citaría a los ediles de Tehuitzingo, Guadalupe Santa y Acatlán, para -en uso de sus facultades- conminarlos a que atiendan las justas y necesarias demandas ciudadanas en sus municipios. Transcurrieron dos meses y la Sedeso y la SDR continuaban dando largas a las soluciones acordadas, mientras la Secretaría de Gobernación se declaraba “imposibilitada” para convocar a los presidentes municipales. Ante tanta burla y falta de seriedad para cumplir los acuerdos nos manifestamos públicamente. Fue después de esta manifestación que, a cuenta gotas, las dependencias involucradas empiezan a cumplir algunos de los compromisos pactados.
La Secretaría de Gobernación, hasta el momento, no quiere reunir a los alcaldes, argumentando la “soberanía de los municipios”; soberanía que, por cierto, le importó muy poco, cuando se trató de desalojar a colonos en la junta auxiliar de Santa María Malacatepec, perteneciente al municipio de Santa Clara Ocoyucan, lugar al que acudieron sin previa orden de desalojo y sin tomar en cuenta a la autoridad municipal. Prueba de lo que aquí digo es que cuando el presidente de Ocoyucan les pidió a los funcionarios de Gobernación que acudieron a efectuar el desalojo, que le mostraran el documento, sólo obtuvo como respuesta un “más tarde, ahorita vamos a desalojar”. O sea, ¿la autonomía en el estado de Puebla sólo vale para los municipios donde no gobierna Antorcha?
La verdad es que la propia secretaría alienta, protege y apoya a los ediles de los municipios aquí mencionados, para que éstos no atiendan las demandas de la gente, por ser parte del grupo que ha prometido apoyo al secretario de Desarrollo Social estatal (que busca convertirse en candidato para la gubernatura) y, seguramente que, con el maquiavelismo que caracteriza a Mario Montero, ha visto en esto una buena piedra que podría frenar sus aspiraciones, pues está claro que van en su perjuicio.
No conforme con incumplir sus compromisos, la Secretaria de Gobernación ha desatado (como lo hace siempre, después de nuestras protestas) una campaña mediática perversa, que va desde “solicitar” a los medios que no nos publiquen nada, hasta acusarnos -a través de sus “bocas de ganso”- de invadir terrenos donde se construirán escuelas; le da voz a estafadores, para que aparezcan como “honrados propietarios” de terrenos, invadidos por los “abusivos antorchistas”; desaloja con lujo de fuerza y de violencia a legítimos propietarios de predios, y se hace víctima del mismo desalojo a otra organización, con el “maquiavélico” propósito de inhibir el apoyo del pueblo a nuestra justa protesta (por tan grosera e irracional política). Indudablemente, el apoyo a los presidentes municipales y a la campaña de desprestigio en nuestra contra busca provocar actitudes violentas en contra de la piedrita en el zapato.
Quizás sea la intención de Mario Montero Serrano que el “Gobierno de Nueva Generación” sea recordado como un gobierno idéntico a los de Maximino Ávila Camacho y Nava Castillo; allá él. Por nuestra parte, lo hacemos responsable, públicamente, de la integridad física de nuestros compañeros, pues su persona es la única culpable del hostigamiento mediático y político, creado en contra nuestra. Nosotros seguiremos luchando, porque nos asiste la razón y el Derecho. Que conste.