El gobierno del estado de Puebla maneja dolorosas justificaciones para defender lo indefendible, combatir a los contrarios, buscar enemigos y aniquilarlos, prometer la democracia, y llenar el ambiente de traiciones, arbitrariedades, felonías, persecuciones y aplastar a cualquiera que se encuentre en la disidencia, pareciendo que la burbuja marinista es dueña del estado y lo ve como su patrimonio personal, ignorando la voluntad de los poblanos.
El poder judicial, legislativo y por supuesto el ejecutivo, viven en un autoritarismo actuando con un libertinaje para beneficio de sus integrantes y sus fines perversos.
La justicia en la sierra norte poblana nunca ha existido, se impone al capricho del juez en turno, existe arbitrariedad, el influyentismo, el poder del dinero, el compadrazgo, no se respetan las leyes y por supuesto no se aplican para los campesinos y los que menos tienen.
Los campesinos serranos, que estamos jodidos, nos encontramos llenos de rabia e impotencia, resignados, deprimidos pero con un deseo enorme de cobrar esta factura.
La prensa poblana, periodistas de gran reconocimiento publico, divulgan mentiras, considerando que repetidas mil veces se trate de convertirlas en verdad.
Que confunden al lector, periodistas que tienen solvencia moral e intelectual por sus anteriores trabajos y que hoy enajenan sus conocimientos a cambio de dinero, o prebendas de privilegios y con este actuar se convierten en cómplices.
Insisten diariamente en sus mentiras, para no perder su posición de respeto y de ingreso económico.
Se mezclan los intereses políticos y económicos, los integrantes del poder estatal poblano de primer nivel se han convertido en príncipes, con suficiente poder económico para someter voluntades e influir en el futuro de Puebla.
Han contaminado a la sociedad poblana.
Su idea es conservar sus privilegios económicos y políticos y evitar cualquier daño a sus bienes y a su patrimonio y por supuesto a su poder, manejan a su antojo el Instituto Estatal Electoral, para el manejo de las urnas y de la cuenta de los votos, recordemos que quien cuenta los votos gana las elecciones y esta afirmación, nunca falla.
El Instituto Estatal Electoral poblano es una oficina más del gobierno de Mario Plutarco Marin Torres, quien maneja a todo el que quiere oírlo en las recientes pasadas elecciones inmediatas anteriores del estado de Puebla, donde ganó la mayoría absoluta en el Congreso Local y obtuvo la mayoría de las Presidencias municipales, considerando que es la respuesta de la ciudadanía a su gestión administrativa
PERO LA REALIDAD ES MUY DIFERENTE.
Puebla se encuentra en un proceso de descomposición, el ambiente político huele mal, hiede, es venenoso y peligroso.
La burbuja marinista en el poder es un grupo muy compacto, herméticamente cerrado, se impide la incorporación de personas creadoras y brillantes, se castiga a los críticos, se censura y se bloquea a los que piensan y son brillantes.
Se aplica la fuerza de la ley contra los opositores y han logrado la descomposición del cuerpo social y político.
La libertad de expresión se encuentra atada.
A Puebla se le ha negado el progreso y el paso a la democracia real.
El grupo en el poder sigue siendo el de unas cuantas personas afines y sumisas, son los mismos de siempre, hoy se encuentran en una posición política y al otro día saltan a otra, se turnan y se protegen.
Nadie oculta en Puebla la escandalosa corrupción y la ostentación de los recursos económicos con la que vive este grupo político, que se protege con el manto de la impunidad que los cubre totalmente.
Se puede esconder la mano que pega, que lesiona y roba pero no se puede ocultar la mano que gasta.
Personajes integrantes de la burbuja marinista, que forma parte de los nuevos ricos de México, con propiedades en México y en el extranjero y con cuentas bancarias de más de 6 cifras, automotores de lujo, viajes y concubinas bien vestidas y llenas de joyas.
Ésta es el Puebla actual.