No se trata de descubrir el hilo negro, pero…
Al lanzar una marca, lo primero que hay que enseñar es el producto. Lo que todo consumidor quiere ver es el artículo. Pues, ayer durante la presentación de la marca “Puebla Viva”, lo más notorio fue la ausencia de todos esos artículos.
El propósito de lanzar la marca “Puebla Viva” es bueno. Se pretende alentar el consumo de lo que se hace en Puebla, de hacer conciencia entre los poblanos de que son muchos y variados los artículos que se elaboran en las cientos de fábricas ubicadas en el estado, igual de variado lo que se cosecha en el campo. No importa si son productos de marcas reconocidas o no, nacionales o extranjeros, el caso es que son artículos elaborados en Puebla y que generan empleos para los que aquí vivimos y, por consiguiente, mueven la economía.
Y no se trata de ser chovinista, pero si el evento realizado anoche era para presentar la marca “Puebla Viva”, lo menos que se esperaba era ver los productos que se hacen en el estado. El evento, al que asistieron decenas de invitados (funcionarios, industriales, comerciantes, productores, académicos) careció de todo lo que se pretende promover.
Lo que se presentó fue una marca, no una frase promocional sola. Se pretende hacer mercadotecnia, pero sin ésta. Se pretende promover una marca, pero sin el producto que lo respalde. Se mencionaron los más diversos artículos o productos, pero nadie pudo verlos y mucho menos degustarlos.
La contradicción en pleno se observó anoche en el Centro de Convenciones. Los asistentes hablaron (literal) de lo que aquí se produce, nada más.
Lo más lógico era presentar una muestra de lo que las fábricas y el campo producen, pero no hubo nada de eso; también se esperaba conocer a las primeras empresas o productores que ostentan ya la marca. Por lo visto no hubo trabajo previo en este aspecto.
Tan sólo la decoración del salón pudo ser con algunas de las más de 600 mil nochebuenas que produce la entidad, por ejemplo.
Aún más, los vinos, cocteles margarita, y los bocadillos o canapés que se sirvieron al concluir la presentación nada tenían de “Puebla Viva”.
Por supuesto que no es fácil ni rápido desarrollar una marca, y mucho menos la campaña de promoción. Durante poco más de cuatro meses se trabajó en la marca de Puebla, se contrató a un despacho de diseño que desarrolló el logo, hizo su trabajo, pero faltó todo lo demás.
Ayer no se vio ni vivió el “desarrollo del concepto”, como dirían los mercadólogos.
El gasto realizado por el gobierno del estado no se notó el todo, aunque se diga públicamente que Canacintra pagó, pero parte de la organización si recayó en el organismo empresarial.
Ahora se dice que la campaña de promoción (que aún está en desarrollo) y la impresión de 2 millones de calcomanías serán realizadas con recursos del Impuesto Sobre la Nómina, que maneja el Consejo para el Desarrollo Industrial, Comercial y de Servicios (CDICS),
No se trata de descubrir el hilo negro, pero…
Los colores rojo y amarillo, y el corazón son los elementos que conforman la marca Puebla Viva.
No igual, pero algo parecido está en la campaña (esa sí campaña) que desde hace tres años lanzó Colombia. Su logo es un corazón, con fondo rojo, y la frase es “Colombia es pasión”.
Y, ahora cuando se diga “Puebla Viva”, en qué se debe pensar en la marca, o en Puebla Viva, Asociación Civil, que pugna por el reciclado y que es respaldada por el Parque España? O en el Centro de Equinoterapia que tiene el mismo nombre?
Claro, estas dos son instituciones de servicio poblanas. Pero, no “Puebla Viva” es una marca registrada? ¿Eso no involucra ambos vocablos juntos? ¿Y los derechos no son del Estado de Puebla?
Son preguntas.
Lo cierto es que si se ingresa a la página de “Puebla Viva, y busca los productos poblanos, pues resulta que no hay ni uno sólo.
Cuál era la urgencia de presentar la marca sin que estuvieran listos todos lo elementos que involucra una campaña de lanzamiento?
Hay que hacerle caso a los expertos, como la académica Sandra Fuentes, directora del postgrado en Comunicación Organizacional de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, quien señala: “Una marca país o una marca ciudad deben ser sostenibles en el tiempo, deben ser competitivas. (…) Es necesario lograr una cohesión social, buscar una vía para que la gente se vincule y crear una red interconectada: se es emisor y receptor al mismo tiempo”.
Y agrega: “el trabajo de construcción de una marca país o una marca ciudad es una gestión a largo plazo, hay que realizar una planificación integral. Cada uno de los componentes es una pieza clave de esa marca, y la comunicación ayuda a crear vínculos entre ellos”.
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