Francisco Bernat ha demostrado ser un pésimo dirigente para el fútbol nacional.
El ejemplo está en el Puebla de la Franja.
En los negocios ha sido peor.
Apenas recibió de Don Francisco Bernat Solsona la encomienda de manejar Canamex y la quebró. Terminó en manos de Bank of America.
Lo lógico sería la ruina personal.
Pero ¿qué cree?.
Tiene residencia en Miami y vive como un auténtico magnate.
Lo que pasa es que sólo tiene la etiqueta de perdedor, porque en los hechos resultó muy abusado y abusivo.
El mejor indicador de ello ocurre con las agencias de autos.
Particularmente, Audi y Porsche, luego de perder Seat, Volkswagen y a punto de quedarse sin la Chrysler.
Ante los engaños y malos manejos con las concesionarias de automóviles de lujo, las empresas determinaron retirarle la marca.
Procedieron a asignar el contrato a un nuevo operador que resultó Raymundo Alonso Sendino, concesionario de TV Azteca.
Sin embargo, Bernat aprovechó un error jurídico de Audi y Porsche. En el título de concesión se establece que no podrá asignarse la marca a una nueva empresa hasta que se haya finiquitado legalmente toda la relación comercial.
Audi y Porsche le dieron el convenio a Alonso cuando todavía no terminaban legalmente con Bernat.
Pretendieron con cerrarle el suministro de automóviles de lujo era suficiente para romper relaciones. Lo demandaron legalmente, pero perdieron de vista que había un juicio.
Bernat aprovechó el yerro y contrademandó a Audi y Porsche precisamente porque, aunque en los hechos ya no existía relación alguna, en derecho sí.
El problema es para el nuevo concesionario que aún no puede abrir e iniciar el negocio, porque todavía está abierta la agencia de Bernat.
Se le acusará de vender autopartes “pirata”, ofrecer un pésimo servicio e incluso de vender inventarios que ya no le pertenecen, pero mientras siga el juicio todo está paralizado.
Sí, es un jijo del maíz, pero Audi y Porsche en el pecado llevan la penitencia.
La historia continúa, pues.
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