Pese a la experiencia internacional exitosa, continuar ignorando el talento de los corredores rarámuris, en especial de las mujeres, podría retrasar las condiciones para sacar de la pobreza a comunidades enteras en condiciones de catástrofe alimentaria de la Sierra Tarahumara en México.
Curiosamente en esa zona de México es en donde, no obstante las carencias, anualmente tienen verificativo ultramaratones que atraen la atención mundial porque corredores nativos, ahora acompañados cada vez más de extranjeros, corren cien o más kilómetros montañosos cubiertos de bosques y ríos.
Recientemente algunos atletas rarámuris han empezado a viajar por sus propios medios al extranjero para ganar competencias y obtener recursos, como es el caso de Silvino Cubésare, quien este año ganó el ultramaratón de España.
Sin embargo y pese a la calidad de los corredores rarámuris son escasos los que trascienden las fronteras. Si eso pasa con los varones, imagínese cómo estarán las mujeres rarámuris quienes se encuentran en condiciones de mayor invisibilida, no obstante que en diversos videos pueden apreciarse a niñas -con indumentaria indígena, huaraches o descalzas- cruzar la meta de competencias de fondo.
Como se ha visto en diversos estudios alrededor del mundo, el desarrollo y superación de las mujeres impacta multifactorialmente más en el progreso de las comunidades que la incidencia de los hombres.
La importancia de la incorporación de las mujeres rarámuris en las carreras de fondo trasciende la cuestión de los derechos humanos, de la equidad de género y se inserta en una cuestión extrema de vida o muerte.
Estas mujeres indígenas mexicanas tienen el talento para el establecimiento de círculos bondadosos como los que se han desarrollado en Iten, Kenia y que han empezado a sacar adelante a sus comunidades.
Diversos documentales capturan los testimonios de las mujeres keniatas y de cómo a partir de su exitosa participación en justas internacionales han logrado dinero para el establecimiento de microempresas, además de la contratación de coterráneos en sus equipos de entrenamiento y del establecimiento de células de financiamiento para jóvenes promesas deportivas.
Dice Florence Kiplagat, campeona mundial cross county 2009, campeona mundial media maratón y poseedora del record mundial femenil de dicha especialidad:
“Mis padres eran muy pobres y conseguir dinero era un problema, inclusive para continuar estudiando. Me di cuenta que la manera más fácil para conseguirlo era correr. Recuerdo que empecé a correr con mi padre y él nos pegaba en la espalda si íbamos lentos. Si no ibas a correr te sentías avergonzada durante mucho tiempo”.
Florence Kiplagat alcanzó sus mayores méritos deportivos después de haber pasado por un periodo de temprana maternidad, el secreto, dice ella, fue entender que correr profesionalmente era la única vía para tener recursos y poder cambiar la realidad inmediata:
“No existe el estar cansada. ¿Sabes por qué? Porque la gente está esperando muchas cosas de mí… tengo mucha gente que me apoya, así que… tengo que hacerlo”.
En el reportaje transmitido por TeleSur, del cual extraje las anteriores declaraciones, los entrenadores extranjeros de los keniatas sostienen que varias mujeres de la región se han divorciado cuando los esposos representan un obstáculo para poder correr y en consecuencia, para el establecimiento de círculos bondadosos de desarrollo a partir de las divisas y beneficios que en sí el deporte conlleva.
Para rematar Kiplagat afirma:
“¿Sabes? En este país los hombres solían despreciar la dignidad de las mujeres, pero ahora esto está cambiando… la mayoría de mujeres está despertando… los hombres ya no desprecian la dignidad de la mujer porque ahora saben que también pueden hacerlo, que pueden mantenerse ellas mismas”.
Es claro que hasta ahora el talento natural para correr de los rarámuris no ha sido un factor para abatir la pobreza, por ello vale la pena presionar a las autoridades y a las fundaciones privadas para el desarrollo de programas deportivos especialmente dirigidos a las mujeres tarahumaras con dichas cualidades. Suena alarmista, pero créame que es una cuestión de vida o muerte.