Aunque es un avance en materia migratoria, el beneficio es temporal para unos 4 millones de inmigrantes (en su mayoría de origen mexicano) y deja sin protección a otros siete millones de indocumentados.
Desde mediados de año el presidente Barack Obama anunció que antes de que terminara 2014 aplicaría acciones ejecutivas sobre el problema migratorio, pero los legisladores demócratas propusieron que lo hiciera después de las elecciones de noviembre.
Lo que no preveía Obama ni sus correligionarios es que fueran a ser apabullados en las urnas, lo que al final ocurrió y los republicanos se hicieron del control en ambas Cámaras.
Gran parte de esa pérdida electoral fue por la ausencia del voto latino, ya que después de más de cuatro años de estar en el poder, Obama no cumplió una de sus múltiples promesas como era una reforma a fondo sobre el sistema migratorio.
Las medidas evitan la deportación y pueden obtener permiso de trabajo por dos años si demuestran que han estado en EU por cinco años consecutivos, que tienen hijos que son ciudadanos del país o residentes legales y que no tienen antecedentes penales.
El decreto presidencial no otorga la residencia indefinida y mucho menos la posibilidad para obtener la ciudadanía, esto depende del Congreso.
Será un beneficio selectivo: los nacidos o residentes en EU, sin registro penal, aquellos jóvenes con altas calificaciones y facilitar visas de trabajo a jóvenes que tengan una carrera tecnológica cursa en universidades estadounidenses.
Al tiempo que se reforzarán las acciones gubernamentales para ubicar inmigrantes con registro criminal para ser deportados.
Por supuesto, se aumenta el presupuesto, el personal y la tecnología en la frontera para una eficiente vigilancia y que la deportación sea más rápida, con ello se reducirá la estancia de los detenidos en las cárceles temporales, en consecuencia evitar mayores gastos para el gobierno.
Aunque esto último puede dar pauta al actuar abusivo de la patrulla fronteriza.
Ahora con este decreto se tendrá la posibilidad de tener perfectamente ubicados a los inmigrantes, para fines sociales, gubernamentales y electorales, puesto que para ser beneficiados con la decisión presidencial quienes tengan hijos menores de edad nacidos o residentes en EU, deben registrarse para no ser deportados.
Es precisamente el registro el que facilitará no sólo al gobierno federal sino a los estatales a tener perfectamente ubicados a los inmigrantes, pero sin que gocen de todos los derechos de un estadounidense puesto que no tienen la ciudadanía.
No será fácil ni rápido el trámite para los miles de indocumentados; la burocracia también jugará un papel importante en la agilidad que dé a los trámites.
El Congreso (ahora dominado por los republicanos) jugará un papel importante en los próximos meses y años, para emitir las medidas complementarias, sobre todo con el presupuesto que asigne a sectores específicos como educación, trabajo, salud para y vivienda, ya que ahí impactará la estancia de millones de inmigrantes que serán beneficiados.
El simple anuncio del 20 de noviembre reavivó la esperanza de cientos de indocumentados, principalmente de los latinos, que son la fuerza electoral de los demócratas.
En tanto se concrete en la práctica la decisión presidencial, en esa misma medida se verá el respaldo que logre no sólo el gobierno de Obama sino el Partido Demócrata en el próximo proceso electoral.
La decisión ejecutiva de Obama incide en la política migratoria, pero sobre todo en la electoral, en un intento por recuperar el terreno perdido en la pasada elección del legislativo.