Sí, las luces de alarma que el rector Alfonso Esparza escondió a la comunidad universitaria para salvar su imagen personal y evitar que el gobernador Rafael Moreno Valle quedara exhibido ante los apoyos otorgados a la BUAP y en particular al Tío Poncho.
Al margen del escándalo de acoso sexual que se comentó la semana pasada en esta columna por parte del director de Medicina Veterinaria y Zootecnia, quien se mantiene en el cargo, protegido por Esparza, un documento de circulación restringida llegó a manos de Al Portador.
El dossier que maneja el equipo compacto del rector es muy ilustrativo en cuanto a que los focos rojos deben manejarse con discreción para evitar que trasciendan a los medios y afecten al gobernador y al rector.
Para empezar: por indicaciones del secretario general, René Valdivieso Sandoval, los foros, mesas redondas y reuniones deben contar con el mínimo número de alumnos para no dar paso a las inconformidades internas.
Así se contrarrestaría el malestar existente en las Facultades de Electrónica, Economía, Administración, Filosofía e incluso el Hospital Universitario.
Se ha ordenado a las autoridades académicas prohibir la visita de alumnos de la UNAM y el Politécnico ante el temor de que se gesten movimientos estudiantiles en la BUAP que dañen la imagen del rector.
La universidad reportó una caída en el ranking nacional de excelencia académica, razón por la cual existe preocupación por no poder justificar los recursos de apoyo que recibe la BUAP. Las instituciones de educación superior privadas son ya más competitivas.
Hay una mala calidad de los maestros. Para el premio Ceneval, a través del EGEL (Examen General para el Egreso de la Licenciatura) la BUAP tiene una participación demasiado baja con 17 alumnos galardonados de un total de 802 para el periodo enero-junio 2014.
¿Por qué no informó esto Esparza a la comunidad universitaria?
Tampoco expuso la crisis en el concurso de plazas docentes, toda vez que varias unidades académicas han presentado conflictos con los maestros que resultan beneficiados con recategorizaciones, pues se exige tiempo completo y muchos docentes de la Facultad de Economía imparten clases en el Colegio de Posgraduados; y varios de Electrónica, en el Instituto Tecnológico de Puebla.
Esparza ha querido retomar el tema de la obra pública complementaria de infraestructura en todas las facultades de Ciudad Universitaria mediante un proyecto recolector de agua pluvial llamado “Apantli“. Justifica la carencia y reciclaje del liquido al poco espacio en CU para construir más edificios.
Las constructoras favorecidas en años anteriores ya dejaron de percibir las enormes ganancias a las que estaban acostumbrados. El problema es que los costos del proyecto han sido inflados por Jorge Antonio Rodríguez y Morgado, así como por el director del Cupreder, Aurelio Fernández, también dueño de La Jornada de Oriente, revela el documento interno al que tuvo acceso Al Portador.
La presencia de funcionarios del gobierno de Moreno Valle en facultades como Administración y Derecho son ya un dolor de cabeza para mantener los equilibrios universitarios.
QUEBRANTOS EN ECONOMÍA
Existía el señalamiento de que en la Facultad de Economía, a cargo de Honorio Ojeda, había quebrantos. En junio de este año, en el marco de su segundo informe de labores, se le pidió aclarar el manejo de recursos. El Consejo de Unidad Académica identificó un déficit de 900 mil pesos en gastos por comprobar.
Como respuesta inmediata, el maestro Ojeda solicitó a la contralora Mayela Delong Carsolio realizara una auditoría de los ingresos y gastos de la Facultad de Economía durante su gestión (25 de junio 2012 a la fecha), según oficio DFE-291/2014. Si existen malos manejos, dijo, “renuncio inmediatamente“.
Se practicó la auditoría, pero sólo del periodo 2014 “para no dañar la imagen de Esparza“. El problema es que la revisión arrojó un nuevo déficit de 300 mil pesos.
El punto es que fue la secretaria de Posgrado de la Facultad de Economía, Lisa Elena Aceves López, la que no pudo comprobar el gasto. Y es que a principios del 2014 realizó una promoción de las maestrías en Irlanda y Francia, acompañada de su esposo, el maestro Héctor David Sotomayor, junto con sus hijos y otro docente: Carlos Absalón Copete.
Además de estos gastos sin comprobar, Aceves López no pudo justificar la compra de una sala para el área de Posgrado, mobiliario que no está en la Facultad, sino en su casa.
La académica mantiene actualmente un conflicto con el alumno Oswaldo García Xochicale. Para el caso acudió a la Defensoría de los Derechos Universitarios y con la abogada general para acusar de robo de una laptop, de plagio de una investigación, así como exigir el reembolso en efectivo del citado estudiante de una beca Conacyt, negándole los derechos de titulación y los trámites correspondientes.
Hasta aquí el contenido del documento universitario.
Sí, ésta es la BUAP de Alfonso Esparza que tantos millones pagó por una imagen en medios que no correspondía a los hechos.
