Si el argumento central para evitar la minigubernatura es económico, pues mejor una MegaGubernatura para Puebla. Sería austero. Ya existe antecedente constitucional para ello.
Hoy lo de menos es empatar elecciones federales y locales. Se trata de evitar la persecución política.
La plaza poblana es ya del interés de Los Pinos.
¿Cómo se justificaría por parte del gobierno de Moreno Valle que se debe cambiar su propuesta de minigubernatura por un asunto económico cuando él mismo lo planteó y aprobó legalmente?
¿Otra vez la Ley a capricho de Moreno Valle?, se preguntan.
Saben en Los Pinos y en el CEN del PRI, donde cada vez la mano de Manlio Fabio Beltrones se nota más, que Chalchihuapan ha exhibido a un gobierno panista que hizo de la mentira una política pública y del erario todo un negocio.
¿QUIÉN DE MEGAGOBERNADOR?
Los priistas creen que se puede recuperar la gubernatura en el 2016, a partir del descrédito de todo lo que represente el morenovallismo y vendrán a apretar al círculo más cercano del mandatario, vía auditorías.
Se sabe que Moreno Valle ya sólo juega la carta del alcalde de Puebla, Antonio Gali Fayad, para el escenario de la minigubernatura, la de 4.8 años, seis años o la megagubernatura de 7.8 años.
Cabalán Macari simplemente no creció, él a lo suyo: la pintura y el gym, mientras que la opción de Martha Érika Alonso se ha diluido y considerar al calderonista Javier Lozano sería un suicidio.
Todo apunta a que Moreno Valle busca garantizar que después de su sexenio no vaya a la cárcel y tenga opciones lejos de Puebla.
Del lado del PRI, se maneja con fuerza la versión de que la carta que se evalúa en serio es la de Enrique Doger Guerrero, ese diputado federal que entró en su fase de pragmático, negoció y pactó con su peor enemigo: Mario Marín Torres para ir juntos contra Moreno Valle, cuando años atrás hizo exactamente al revés. Qué cosas.
Entrar para pelear la plaza del estado poblano será un asunto también de huevos, porque se prevé una carnicería en la búsqueda de Casa Puebla.
Y no ven con ese perfil a la senadora Blanca Alcalá, aliada salinista, expresión alejada de Los Pinos; y al subsecretario de Sedesol, Juan Carlos Lastiri, ambos muy cercanos al morenovallismo.
Por eso, miran con lupa a Doger para ver si es capaz de resolver los frentes abiertos que trae en Puebla en otros sectores políticos, periodísticos y económicos.
¿En realidad rompió con su “amigo” Moreno Valle o es parte del juego para sumar al marinismo a la lucha política del desgaste del PRI, porque se sabe que el llamado #GóberPrecioso es motivo de rechazo electoral?
Está claro que si se cierra el morenovallismo y opta por quedarse mejor con la minigubernatura en vez de la megagubernatura, entonces la relación institucional pasará a ser judicial.
Ya está en marcha el 2016. El 2015 sólo será un año para medir estados de ánimos políticos.