Como lo leen.
La semana anterior nos dimos cuenta que la licencia de manejo se nos había vencido y nos presentamos renovarla, como es poco lo que uno la usa, pues no me había dado cuenta de este detalle u omisión toda vez que no es nuestra costumbre andar causando faltas a reglamento alguno, sin embargo, no solo es triste el calvario que todo ciudadano debe pasar por la ST que es dirigida Bernardo Huerta Couttolenc para efectos de sacar o renovar su licencia, sino que además es un engaño grave lo que ahí sucede y con una atención al público en su mayor parte, deficiente y fraudulenta.
Me explico:
De todos es sabido que usted o yo, ni de chiste lograremos sacar una renovación de licencia en el tiempo que le prometen y que en Puebla es de los únicos estados (si no que el único) en que los exámenes son una combinación de actividades virtuales lúdicas, tipo Nintendo; pues es en donde contestando una preguntitas le resuelven a ojo de buen cubero si usted sabe o no manejar, y en el caso de renovaciones, como en el de un servidor, lo llevan a una serie de (como en la semana santa) estaciones de sufrimiento.
Sin embargo, cabe la oportunidad mencionar que las personas encargadas de atenderlo a usted lo hacen con presteza, diligencia y atención al menos en el primer mostrador, sobre todo los que ya se saben la canción, por la experiencia que tienen, pero luego pasando de esa parte y cuando lo mandan al primer examen de tipo médico, en el caso que comento (el de la vista), no obstante de estar operado y haber avisado esta situación para no caer en mentiras y además explicando que fui operado a fin de no usar lentes de aumento, se presentan con usted unos falsos médicos como en el caso del señor, o joven, o chamaco Carlos Abraham Muñoz Flores quien se ostenta como “Médico Cirujano Titulado”, según el mismo lo escribe de su puño y letra; y pone en entredicho además de dudar de la capacidad de un centro oftalmológico reconocido a nivel nacional en nuestra Puebla querida.
Este imberbe chamaco, cuando usted le pregunta cuál es el problema, le dice que su operación no sirve en la secretaría y que tiene que presentar una serie de requerimientos incluyendo factura de lentes en caso de necesitarlos (o sea que no pueden regalarnos unos o haber tenido los mismos por largo tiempo, porque el señor “Juez”mmm bueno hace un rato era médico titulado Muñoz Flores no acepta) y pone en duda y entredicho, la expertiz, conocimiento y eficiencia de los médicos mencionados que no pongo su nombre por no ofender como lo hace este joven inexperto cayendo en denostaciones que bien pueden tipificarse como una especie de difamación, y que además, no aceptaran de cualquier medico documento alguno (ha de tener sus cuates) si no es médico titulado, y oftalmólogo, no optometrista le advierte a usted.
Y al preguntarle si él lo es, solo se pone nervioso y le muestra a usted una credencial que no permite se vea bien y que nada tiene que ver con que él sea lo que dice ser, y si le pide usted que le demuestre que es médico lo único que le muestra es el escudito sobre su hombro de la universidad de donde dice que es egresado y titulado sin poder demostrarlo.
Este chamaco poco aseado en su presencia, (digo tomando en cuenta de que es un “MEDICO TITULADO” y el área requiere de limpieza además no hay más que verle) con cinismo dice “que se le haga como uno quiera y que si no le gusta que se hable con su jefe”, mismo que después de un corto intercambio de opiniones no se hace presente, y también les comento que en esa dependencia, uno “sí” tiene que identificarse a plenitud y gusto de quienes son funcionarios, pero ellos no pueden demostrar lo que dicen que son en su mayoría.
Después de una invitación de una supervisora por fin llega y sale quien dijo llamarse Enrique Arroyo y ser Licenciado en algo que no supo definir bien, aunque después dijo que no, que solo le dijéramos Enrique, sin embargo pues mi costumbre es otra y no la de ser igualado a quienes tengo la obligación de servir o a quienes en algún momento tienen la atención de servirme y se pone a darme una sarta de explicaciones como: “que si la ley, que si el reglamento, que si los protocolos” y al preguntarle que si tienen protocolos pues dice que sí, (eso es la moda por estas fechas, decir que hay protocolos para todos) y le comento si me los puede mostrar y me dice que están en el portal que los busque.
En fin, que el señor no sabía ni como se denominan éstos y menos que para una ley se aterrice debe haber un reglamento que la lleve a buen fin y protocolos que la hagan funcional.
No obstante y la buena disposición del Sr. Licenciado Arroyo a decir de sus subalternos “Jefe de Licencias”, no supo que contestar cuando le pregunte si los protocolos, reglamentos o la propia ley al que él se refería le autorizaban engañar a la ciudadanía dejando en manos de no profesionales y en usurpadores de funciones la decisión de brindar o no un servicio, y solo decía que “estaban aprendiendo para mejorar” y “buscando zonas de oportunidad para el aprendizaje”, pero me pregunto yo, si ¿no es una pena que se contraten a “funcionarios para aprender” y no “profesionales para servir” a quienes pagan sus sueldos?.
¿Esto lo sabrá el Señor Gobernador Moreno Valle?, ¿lo sabrá el Secretario del Ramo quien es persona seria?, ¿lo sabrá su contraloría?, ¿o sólo es una burla más a cientos de usuarios que diariamente asisten a esa dependencia?
Si es así, solo es una burla más a quien todo le exigen, de parte que quien nada cumple…
