Sí, la agenda y prioridades del funcionario están muy lejos de la zona geográfica del estado y de ahí, el desinterés y desdén por las responsabilidades que ejerce desde hace tres años y medio.
El problema es que, el saldo nefasto que arroja su “aventura poblana”, lejos de sumar, le resta en el objetivo de convertirse en una figura de la política nacional.
La revolución educativa anunciada al inicio de la era morenovallista, la que de acuerdo con el discurso oficial fue ideada y operada por el propio Maldonado Venegas, tiene a Puebla entre los siete estados del país con el mayor número de analfabetas.
Sin embargo, la herencia real de Maldonado en la SEP es una serie de amarres, prebendas y privilegios para sus incondicionales, que se financian con desvíos de recursos del erario.
Es el caso de Ricardo Kuri, su sobrino político, quien destacó por la infinidad de lucrativos negocios que hizo en la dependencia de su tío.
Lo mismo sucede con Hugo Andrade, esposo de su sobrina; Alfredo Salomón, novio de otra de sus sobrinas o Alejandro Kuri, su cuñado.
Nepotismo puro.
Una somera revisión a las finanzas de la SEP arrojaría una cantidad impresionante de cheques a nombre de estos personajes, sin que existan los contratos correspondientes y que al final fueron utilizados para sacar dinero en efectivo.
Y qué tal el caso de José Ramón Berganza Escorza, aviador de lujo de la SEP, diputado en funciones por el estado de Hidalgo y quien ha sido nombrado por debajo del agua como Coordinador de Asesores de la SGG.
Obviamente, como pasó en Educación, jamás aparecerá en la nómina y el dinero que recibirá por esta responsabilidad lo cobrará al margen de la ley.
Berganza, al ser cuestionado sobre sus actividades como jefe de facto de la oficina de la SEP, aseguró que trabajaba gratis porque creía en el malogrado proyecto de revolución educativa implementado por su “jefe”.
Jamás habló de los millonarios contratos que él y su hermano recibieron por conceptos tan ambiguos como “servicios de mantenimiento”.
Súmele a esta lista al diputado federal por Movimiento Ciudadano, Víctor Manuel Jorrin Lozano, quien goza de contratos superiores a los 6 millones de pesos a nombre de un tercero.
Y qué decir de Diego Corona, titular del Capcee, quien otorga obra de manera selectiva pero con precisión quirúrgica para beneficiar a personajes cercanos a Maldonado
La cereza del pastel.
Estos personajes son la base de la estructura financiera, política y operativa del “proyecto Maldonado”.
En su actual responsabilidad, los yerros están a la vista.
Como le comentaba en una entrega anterior, no existe operación política real en la dependencia encargada de la gobernabilidad estatal.
La cerrazón y negativa al diálogo —activo principal de quien se jacte de ser un auténtico jefe de gabinete— han sido los ejes principales de su actuar al frente de la SGG.
“Imposición, no negociación” —parece la máxima.
Además, su desconocimiento de la realidad política local y su falta de interés por conocerla lo llevó a minimizar el conflicto con las juntas auxiliares a partir del retiro de la facultad de cobro por los servicios que otorga el registro civil, con las fatales consecuencias de todos conocidas.
La manera en la que pretendió defender la versión oficial de lo ocurrido en Chalchihuapan fue la cereza del pastel.
No solo en el fondo, sino en la forma.
De entrada, no hubo el menor empacho en alterar los hechos para evadir la responsabilidad de quien ideó y llevó a cabo el operativo, faltando así a la obligación moral del gobierno de decir la verdad y de paso violar el derecho ciudadano a conocerla.
La forma fue peor:
Argumentos banales, plagados de lugares comunes y medias verdades, que fueron utilizados para intentar engañar a la opinión pública.
Por si fuera poco, el remate patético con tintes cómicos al asegurar que los manifestantes utilizaron “piedras de grueso calibre”.
Peor imposible.
Este personaje ha dilapidado aquella frase que el gobernador repite hasta la saciedad y en donde asegura que únicamente los mejores tienen cabida en su gabinete.
Estas son las cartas con las que llega Maldonado a intentar convertirse en uno de los personajes de mayor influencia en el PRD nacional.
En sus prioridades está ser primero delegado nacional y si Carlos Navarrete llega a la presidencia del partido, más que perfilar el proyecto presidencial de Rafael Moreno Valle, buscará abonar a sus intereses particulares intentando colarse al Senado de la República.
Ésta es la verdadera agenda Maldonado; Puebla, la aldea, no sólo le quedó ya chica, sino que para él es absolutamente prescindible.
Lo peor es que el gobernador por fin se dio cuenta y el proceso de marginación al interior del gabinete comenzó hace un par de semanas.
Además, si el dictamen de la CNDH en torno a Chalchihuapan contradice la versión oficial, el corte de cabezas será de antología y la primera en caer, sobra decir de quién será.
