Se trata de la primera acción concreta del funcionario del gobierno de Peña Nieto para posicionarse entre este sector de votantes potenciales rumbo a la elección local del 2016.
Las becas se ofrecen para ingresar a la Universidad del Conde, ubicada en el municipio de Coatepec, en Veracruz y contempla programas como Bachillerato, Técnico Superior Universitario en Consejería y Educador en Estrategias de Prevención de Conductas Antisociales, además de Licenciaturas en Derecho, Contaduría Pública y Administración de Empresas.
El “target” concreto de esta campaña son los jóvenes que no tuvieron éxito en su intentona por entrar a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Lastiri se apoya en los “buenos oficios” de otro funcionario federal para revisar que todo marche sobre ruedas.
Se trata de Juan de Dios Bravo, actual gerente de Liconsa en Puebla.
Lo interesante del caso es que detrás de todo esto está la Fundación Isidro Fabela, instancia que sirvió de enlace entre el sector empresarial y Enrique Peña Nieto en la campaña presidencial del 2012 y que fue fundamental en la movilización ciudadana a favor del priista.
Las becas se entregaron a principios de este mes de agosto y en el acto oficial estuvieron, además de Juan de Dios Bravo, Arturo Peña del Mazo, Presidente Nacional de la Fundación Isidro Fabela y tío del presidente de la República; así como Armando Ortiz Zamora, Coordinador Nacional de Proyectos de la misma fundación.
Al evento no asistió Lastiri Quirós y envió en su representación a Oscar Emilio Carranza León.
No podía ser tan burdo.
Y es que, el acto de entrega de becas se convirtió en un descarado mitin político a favor del poblano.
Los paleros estuvieron a la orden del día y siguieron al pie de la letra el guión que se les impuso.
Por ejemplo, el rector de la institución, Marco Antonio Conde, no tuvo empacho en tomar el micrófono y después de recordar una y otra vez que las becas se las debían al incondicional de Rosario Robles, afirmó que Lastiri había recibido ya luz verde del mismísimo presidente de la República para buscar la minigubernatura de Puebla.
¿Cómo ve?
Los tibios priistas poblanos, que vivieron sometidos y sodomizados los últimos tres años y medio, han encontrado un valor inusual en el escándalo desatado a partir de la muerte del niño José Luis Tehuatlie Tamayo.
Ahora sí les salió lo viril.
Hoy ya dicen lo que nunca se atrevieron a decir, hoy ya trabajan en su futuro sin temor a represalias y juegan a hacer futurismo político reconociendo por fin sus aspiraciones personales.
Apuestan a que el presidente Peña dará lo que ellos llaman la “puntilla” al gobernador poblano y a partir de ahí basan su desorbitado optimismo.
Cómo han cambiado.
Lo que no cambian son las formas en la que basan su estrategia política.
Al más puro estilo del viejo PRI.
Intentar lucrar electoralmente con una demanda legítima de los jóvenes mexicanos como el acceso a la educación, es por decir lo menos, deleznable.
Nada más falta que a partir de ahora, las acciones de la famosa Cruzada Nacional Contra el Hambre vengan acompañadas de un abierto proselitismo a favor de Lastiri Quirós y que por lo mismo, los más necesitados del país se vean obligados a agradecer al funcionario que tengan qué comer.
