23-11-2024 11:18:50 PM

BUAP: sumisión histórica

tempestad13

La amenaza fue clara: cerrar la llave de los recursos que vía gobierno del estado llegan a la máxima casa de estudios.

La desesperación por bloquear el evento fue tal, que se echó mano de los hoy apestados agüeristas para garantizar una operación exitosa.

Ya dio cuenta de ello en una columna Alejandro Mondragón.

Más allá de las amenazas sobre sanciones a quienes se brincaran la orden de no asistir, el día de la marcha se dispuso de una cantidad importante de enviados de rectoría con cámaras de video para grabar a los manifestantes y detectar a potenciales traidores.

Los camarógrafos acompañaron al contingente en todo el recorrido, vigilando sobre todo a quienes se integraban en los puntos de reunión.

Es increíble que la universidad pública poblana no solo evite fijar una postura sobre los hechos en Chalchihuapan, sino que atente contra los derechos de los universitarios de expresarse libremente.

El mismo concepto de universidad=universalidad, se pervierte con la censura.

Inclusive, a pesar de los evidentes compromisos y complicidades que existieron entre Enrique Agüera y Mario Marín, el entonces rector tuvo que tragar espeso y eludió caer en la tentación de evitar con la amenaza y la cooptación la participación en la marcha contra el priista en el 2006.

Simplemente dejó pasar.

Lo que no entiende Alfonso Esparza es que su postura como rector en esta coyuntura va en contra de la historia de la propia universidad.

Los universitarios se plantaron ante el poder político en busca de su autonomía en el 56, cuando se vieron afectados por decisiones de gobierno que los afectaban directamente en 1961 y en solidaridad con sectores sociales perjudicados por políticas públicas abusivas como en el 64, en donde sus acciones fueron fundamentales para la renuncia del entonces gobernador Nava Castillo.

En ese año, la comunidad universitaria vivió en carne propia la represión gubernamental.

Hoy, prefiere callar.

En el 71, la exigencia de cristalizar los postulados del movimiento de reforma universitaria llevado a cabo 10 años antes y la importante vinculación de la universidad con sectores sociales vulnerables, atacados desde el poder, generó otra crisis política que desembocó en la renuncia del general Moreno Valle.

Hoy, la única vinculación real que tiene la BUAP es con el gobierno del estado, al que se debe en cuerpo y alma.

Lamentable.

Lógicamente, el paso del tiempo pondrá a cada uno en su lugar.

Nombres como el de Manuel Lara y Parra, Luis Rivera Terrazas o Alfonso Vélez Pliego tienen ya un lugar muy especial en la historia de la universidad.

¿Cómo se acordarán de Esparza y compañía?

latempestad

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