Por un lado el gobierno “urbaniza” las ciudades, construye vialidades, reduce o elimina áreas verdes, y ahora reprime el uso de vehículos.
Si bien es cierto que debe enfrentarse el problema de contaminación ambiental, también lo es que no todo se resuelve al acotar el uso de vehículos, y mucho menos con medidas contradictorias.
Resulta contradictorio que en un Estado de Derecho exista un estado de excepción lo que es diferente a brindar atención a grupos vulnerables. Tal como ahora ocurre en el Distrito Federal donde se permite la circulación a vehículos con más de 10 años de antigüedad, como es el caso de los “tianguistas”, que en su gran mayoría son comerciantes informales que no pagan impuestos.
A efecto de no ser políticamente correcta, también las personas con discapacidad están exentas del programa Hoy no circula, sin importar el modelo de su vehículo.
¿Estas personas con discapacidad requieren ir a trabajar? Las demás personas también.
¿Tienen que ir al médico? Las demás personas también.
¿Necesitan ir de compras, a visitar familiares o a divertirse? Las demás personas también.
La falta de un servicio de transporte eficiente afecta por igual a personas con o sin discapacidad.
Todos los habitantes sin excepción, con o si vehículo, con discapacidad o sin discapacidad no cuentan con una alternativa adecuada para movilizarse.
Si como se ha anunciado que los estados vecinos al DF “homologarán” el programa Hoy no circula, entonces a partir del próximo año en Puebla se aplicará dicha medida. Es decir un día o dos días a la semana no circularán los autos de acuerdo al número de su placa.
Un servicio de transporte urbano es eficiente si: incluye unidades en buen estado, que no contaminen; que cubran rutas adecuadas y donde las demanda la población; que las unidades pasen a tiempo y, sobre todo, que sea seguro viajar en dichos autobuses
Y Puebla, concretamente, es una ciudad que carece de un servicio de transporte eficiente.
Puebla ni siquiera tiene un sistema de transporte que ligeramente se asemeje al del Distrito Federal, y eso que tiene sus fallas.
Lo que tenemos en la capital poblana son: taxis sin taxímetro y que cobran lo que quieren.
Si antes era malo el servicio de transporte urbano ahora es caótico, propiciado por el propio gobierno al no operar el RUTA, como se prometió, pues ni es una Red y mucho menos Articulado.
El actual gobierno ha destinado en los tres últimos años miles de millones de pesos en la construcción de viaductos elevados, a pavimentar avenidas con concreto hidráulico y en todo ese proceso eliminó cientos de árboles y de metros cuadrados de áreas verdes, que no ha repuesto en la amplia mancha urbana poblana.
¿Cuál es la alternativa que ofrece el gobierno? Ninguna.
Pocos son los países que aplican el programa Hoy no circula para combatir la contaminación ambiental. Ninguno parecido al de México.
Por ejemplo, en Londres, Inglaterra se cobra un “peaje” a los autos que ingresen a la zona central de la ciudad, con el objetivo de reducir el congestionamiento vehicular en esa área.
En La Paz, Bolivia, se prohíbe el ingreso de vehículos en el centro de la ciudad, lo que se considera el Centro Histórico.
En Santiago, Chile, se prohíbe la circulación a vehículos sin convertidor catalítico en los días de contingencia ambiental.
Hay ciudades europeas, principalmente, que restringen el paso de vehículos a zonas históricas, céntricas o cerca de ciertas construcciones, pero es para proteger dichos inmuebles no tanto por cuestiones ambientales, aunque claro que eso ayuda.
El control ambiental de los vehículos lo aplican de otra forma, fomentan el uso de vehículos con menos de 10 años de antigüedad y, que tengan convertidor catalítico.
La contaminación ambiental es un problema que debe atenderse, pero está visto que el programa Hoy no Circula no es la única ni la más adecuada solución. Y no dará los resultados mínimos esperados en tanto el gobierno no dé alternativas efectivas a la población.
