La tarjeta de débito puede significar para muchos la puerta de entrada hacia el mundo de la bancarización y los pagos electrónicos, pero al mismo tiempo la llave hacia una realidad en la que el mal uso de los recursos podría causar fuertes daños a sus finanzas personales, por lo que utilizar este tipo de plástico, al igual que a su hermana (la tarjeta de crédito) debe hacerse bajo una práctica de planificación y responsabilidad.
Al cumplir 18 años, y con solo una identificación oficial, es posible abrir una cuenta bancaria con la cual se empieza a construir un historial financiero, el cual permitirá acceder a instrumentos más sofisticados. En el caso de las TDD, actualmente hay 45 millones de tarjetas activas -on al menos una transacción en los últimos tres meses-, mientras que el número de TDC apenas llega a los 15 millones.
Lo cierto es que comúnmente la gente utiliza las tarjetas de crédito y de débito de manera indistinta, y esto puede provocar un descontrol en las finanzas personales. Para evitar pasar por malos ratos, hay que conocer cada instrumento y utilizarlos de manera adecuada.
“La tarjeta de crédito y la de débito no son medios de pago que compitan, ya que en realidad son instrumentos complementarios con funcionalidades diferentes”, comenta Ary Hernández, líder de productos de débito de MasterCard.
Aquí te presentamos algunos puntos que debes considerar en el uso de tu tarjeta de débito para que no pierdas el control de tus cuentas:
Medio de pago de bajo costo
De manera general, al abrir una cuenta de ahorros o de cheques, la institución bancaria proporciona una tarjeta de débito para poder disponer de los recursos depositados, y no cobran una anualidad. Pero exigen mantener un saldo mínimo depositado en la cuenta, de lo contrario cobran una comisión por manejo de cuenta.
Las tarjetas de débito vinculadas a una cuenta de nómina no piden un saldo mínimo, por lo que están exentas de la comisión de manejo de cuenta. Una nueva modalidad que surge en las cuentas de banco es que, en lugar mantener un saldo mínimo, los bancos piden que se realice al menos una operación al mes con el plástico.
También se tiene la ventaja de que permite hacer un manejo directo sobre el dinero depositado en una cuenta bancaria sin la necesidad de emitir cheques, con todos los inconvenientes que esto implica, como el costo por cheque girado o pago de penalizaciones por emitir cheques sin fondos.
La disposición de efectivo en cajero electrónico (ATM) con una tarjeta de crédito puede ser muy costosa: de inicio se cobra un porcentaje sobre el monto solicitado, además de los intereses si no se paga antes de la fecha de corte; además, si se hace a través de un cajero RED, hay que pagar un monto adicional que oscila entre 15 y 50 pesos. En cambio, si se hace con una tarjeta de débito, esta operación queda exenta de pago de comisiones, siempre y cuando se haga en los propios cajeros del banco emisor.
La compra de productos y servicios también está exenta de pago de comisiones, por lo que siempre se paga el mismo precio que si se hiciera con efectivo. Si el establecimiento cobra un monto superior al etiquetado, hay que poner una denuncia en la Procuraduría del Consumidor.
“No debe existir ningún costo adicional por usar la tarjeta de débito. Esto está regulado por la ley y si algún establecimiento hace un cobro adicional, se debe denunciar ante la Profeco. Contrario a eso, los emisores de las tarjetas promueven descuentos y promociones que apliquen cuando se paga con tarjeta de débito. Por ejemplo, hay un convenio con Cinemex en donde se aplica una promoción de 2×1 al pagar con una tarjeta de débito de MasterCard”, señala Ary Hernández.
Compras que sí conviene hacer
Las tarjetas de débito son igualmente aceptadas que las de crédito, por lo que hay que distinguir la conveniencia de pagar con uno u otro plástico.
Según la ejecutiva de MasterCard, es mejor pagar las compras de bienes de consumo duradero con crédito, mientras que las compras de productos y servicios de corta duración es mejor pagarlos con la de débito. Pero en ambos casos, las compras deben estar programadas en el presupuesto.
Al utilizar un plástico como medio de pago, se evita cargar dinero en efectivo y el riesgo ello implica. Otro beneficio es que se paga únicamente el monto señalado y no hay “confusiones” con el cambio. Se pude usar para compras de cualquier valor, ya sea para pagar en una tienda de conveniencia, o para compras grandes como una pantalla. Tampoco se incurre en deuda porque únicamente se utiliza el dinero propio.
Incluso, algunas tarjetas de débito Platino y Gold participan en programas de lealtad que dan puntos por las compras realizadas con los plásticos, con lo cual se obtienen aún más beneficios.
Seguridad
La clonación de tarjetas sigue siendo una de las principales quejas ante la Condusef. Por ello, prácticamente todas las tarjetas ya cuentan con un chip, que es difícil de clonar, y en el cual se graban las operaciones que se hacen con el plástico.
Así, en caso de que la tarjeta haya sido clonada, en el plástico del titular legítimo no se registran los cargos hechos por los delincuentes y con lo cual procede el reclamo de compras no identificadas.
Algunas tarjetas de débito ya incluyen un seguro contra fraudes de tal forma que si hay compras no reconocidas por el titular, debe hacerlo saber a su banco para que se haga una investigación. Hay que verificar con el banco emisor si se cuenta con este seguro. El punto aquí es que los fondos no son reintegrados mientras no se determine que efectivamente se cometió el delito.
Otro seguro que se está implementando es contra robo en cajero automático. Así, el dinero será repuesto en caso de que el titular sea obligado a retirar efectivo en un ATM. El requisito es que se levante el acta ante las autoridades y con este documento se haga la validación del seguro.
La especialista de productos de débito de MasterCard comenta que muy pronto se implementará un servicio de verificación geográfica a través del equipo celular. Con esto, cuando el titular de la tarjeta se encuentre en el extranjero y encienda su smartphone, la red lo detectará en roaming, enviando una señal a la firma emisora del plástico, con lo cual se liga la compra hecha con la tarjeta de débito y el roaming del teléfono celular, validándolo si ambos se encuentran en el mismo lugar.
Así se evita que el tarjetahabiente deba llamar a su banco antes de viajar, además de que se tiene la comprobación de dos elementos para verificar que la compra que se realiza en el extranjero está siendo realizada por el titular de la tarjeta.
Plásticos vs. pagos móviles
La evolución de los pagos electrónicos están llevando los plásticos hacia el uso de dispositivos que con la función de proximidad (NFC) se registra el pago en la terminal punto de venta y en una tarjeta contactless. Éste es el paso intermedio que nos llevará hacia el uso de aplicaciones de ”walle” en los teléfonos celulares.
En México se definió que en compras superiores a 150 pesos, además de acercar el dispositivo que tiene la aplicación de contactless, también hay que firmar un voucher. Pero en compras menores, no hay necesidad de hacer más trámite que acercar el dispositivo a la terminal punto de venta.
“En otros países el acceso al metro se hace simplemente acercando el teléfono móvil a la terminal electrónica de acceso y el cargo se hace automático sin necesidad de hacer otra operación, porque se entiende que el cargo es muy pequeño. Así se evita hacer una doble fila: una para comprar el boleto y otra para ingresar”, dice Ary Hernández.
La tendencia muestra que las personas prefieren usar la tarjeta de débito para pagar sus compras de despensa, farmacia y otros productos de corta duración. Pero aún es muy bajo el uso de las tarjetas para realizar compras, pues solo el 10% de ellas se realizan utilizando medios electrónicos de pago. Al usar de manera adecuada la tarjeta de débito, podremos tener un mejor control de las finanzas y evitaremos pagar intereses y comisiones que cobran otros instrumentos.
Para enseñar cultura financiera
El débito es un excelente medio para enseñar el manejo del dinero a los hijos. Se puede abrir una cuenta infantil, donde el padre o tutor es el titular, a pesar de que el plástico tiene el nombre del niño. De esta forma el infante verá cómo va generando su ahorro y también aprenderá a hacer operaciones utilizando el plástico.
La gran ventaja es que, al momento de realizar compras, el niño debe ir acompañado por el titular de la cuenta, ya que este debe firmar el voucher, porque se trata de un documento legal (un pagaré).
Sin embargo, los niños sí pueden hacer compras por Internet, ya que únicamente deben teclear el número de la tarjeta, la fecha de vencimiento y el número de seguridad. Así que los padres deben estar atentos.
Con Información de AltoNivel