En el sistema predominante de capitalismo salvaje de nuestras sociedades es extraño y anormal que las personas realicen actividades edificantes por el simple placer que les causan y aún más si éstas son parte clave de su proceso de autoliberación.
La poeta y declamadora Gaviota Romero es una mujer que ha progresado en su proceso de autoliberación a través de compartir su poesía y la de otros.
Gaviota es una mujer de escasa educación formal, nacida en su amada España, que después de transitar por varias latitudes lleva varios años como residente en Estocolmo, Suecia.
Gaviota Romero escribe poesía, narrativas cortas y su pasión es la radio. Gracias a la pasión radiofónica de Gaviota es como hemos logrado caminar los últimos cinco años de la mano de los principales poetas de habla hispana.
Aprovechando las bondades de Internet, Gaviota Romero comparte a través del portal que dirijo poemas de su autoría, y otros que ella selecciona y graba o transmite en vivo como una forma de difundir la poesía en español.
De las incursiones de Gaviota los ciberlectores hemos conocido la vida y obra de poetas consagrados como Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, José Ángel Buesa, Federico García Lorca, Miguel Hernández, Rafael de León, entre otros.
Los poemas y las interpretaciones de Gaviota son escuchados en casi todos los países de habla hispana, pero su camino no ha sido fácil.
Gaviota, varios años, tuvo que lidiar con las trabas propias de un migrante en un país con formas de vida muy distintas al suelo de origen, además de que sus mínimos estudios formales siempre fueron una loza en los hombros.
Hace años cuando una serie de académicos mexicanos le hicimos un homenaje a Gaviota, ella nos confesó que era el primer reconocimiento escrito a su talento, más allá del diploma que la acredita como peluquera.
Así que, en un entorno que a veces se pinta de nieve y otras que alcanza el metro de altura, Gaviota, en lo acogedor de su hogar, montó su micro estudio, creó personajes a los cuales los dotó de voz, su voz… la voz de Gaviota, y empezó a difundir poesía en español y contenidos de cultura general.
Dice Gaviota que cuando se enteró que su trabajo era ampliamente aceptado no lo podía creer, pero tampoco daba crédito a lo reconfortante que es compartir por el simple hecho de hacerlo.
La labor de Gaviota Romero siempre me evoca que el compartir libera porque esa actitud frente a todo nos quita de las preocupaciones que emergen de la posesión, es decir, yo genero algo que no sólo es mío sino de todos y es de tal naturaleza que cada uno puede tomar la parte que necesita y nunca quedará menos para los demás.
Lo anterior rompe con el engrane soporte de nuestra actual sociedad: lo mío es mío y de nadie más.
Como la autoliberación es un proceso por el cual los individuos asumen andar un camino por el cual nadie más puede transitar, identificando sus potenciales, limitantes y recorriendo el trayecto que les permita entender su profundo motivo de vida libre de preocupaciones, entonces cuando compartimos en entornos edificantes alcanzamos la fórmula de: ganar – ganar, es decir, ganas tú y gano yo.
Para fortuna de quienes creemos en un mundo mejor hay seres como Gaviota Romero que no pueden dejar pasar un día sin el secreto de nutrirse y liberarse compartiendo con los demás las delicias de lo que les mantiene vivos.