23-11-2024 12:11:29 PM

Reelección de Estado

alpor18

Y pensar que en el 2012 todos iban en el mismo barco. Puebla era corderista. Dinero, estructura y movilización formaban parte del proyecto presidencial que no cuajó en la interna panista y terminó por irse a la chingada.

Todavía en el 2013 hubo una alianza de intereses entre corderistas, maderistas y morenovallistas en torno a Antonio Gali Fayad para la alcaldía. Javier Lozano era el vocero, Max Cortázar el operador de medios nacionales y hasta Ana Teresa Aranda compartía la causa.

En el 2014 el escenario cambió. Los aliados de ayer son los enemigos de hoy. No hay piso parejo, existe una cargada abierta y descarada a favor de Madero, donde el despilfarro y el uso de recursos debería sancionarse.

Aunque se observa una especie de tregua entre corderistas y maderistas entre la tropa de los gabinetes de Moreno Valle y Tony Gali, lo cierto es que al margen de cualquier resultado el próximo 18 de mayo, los panistas serán despedidos.

No sean ingenuos, este grupo cuando gana, menos cumple.

El control del PAN implica la sustitución de panistas por morenovallistas. Es la lógica para convalidar el 2016 con Cabalán Macari.

Por eso, el gobernador necesita a Gustavo Madero para operar la plaza en Puebla con un perfil como Cabalán, quien le garantiza dos cosas: dinero y poder seguir mandando en la entidad.

Moreno Valle nunca antes se había involucrado tanto por una carta como con Madero. Y es que se juega todo a una sola para instaurar un maximato político moderno en Puebla con influencia regional.

Perder es volverse mortal.

Por eso, es pecado criticar a Madero. Todos empujan la misma causa. Moreno Valle como jefe y financiero de la campaña maderista.

Los líderes real y formal de la bancada panista en el Congreso, Eukid Castañón y Jorge Aguilar Chedraui, respectivamente, operan recursos.

Los dirigentes de AN en Puebla, Rafael Micalco y Pablo Rodríguez, disponen de padrones, estructuras partidistas y como modernos Torquemadas usan el estatuto para proteger a Madero de cualquier crítica.

El caso más ilustrativo es Javier Lozano Alarcón, quien fue amonestado y que mantiene un proceso abierto de expulsión en su contra que tendrá congelado el morenovallismo para cuando quiera lo que no será para él: la presidencia municipal de Puebla o gubernatura.

El alcalde Antonio Gali, aunque no es militante panista, camina, habla y opera como el número dos del PAN en Puebla. Estuvo en el registro maderista y controla cualquier intento a favor de Cordero. Ya está sentenciado Pedro Gutiérrez.

La imagen, concepto y mensaje de la campaña maderista fueron hechas por los mismos que trabajan el branding al gobernador y su gabinete.

Los ediles panistas ya fueron amenazados por otro no panista, el auditor del estado David Villanueva, de que habrá una especial vigilancia sobre el manejo de recursos.

Nada para Cordero, es la consigna en Puebla.

Aplastar, es la palabra más recurrente en las juntas de estrategia para la campaña de Madero.

Eduardo Rivera y su grupo si suman bien y si no, mejor. No están en la lógica morenovallista.

Apenas inicie la contienda, la instrucción hacia la prensa rosa y niños cantores de la radio y la TV es una: hacer pomada a todo lo que huela a Cordero y Oliva.

El gobernador se juega el más importante movimiento en su tablero de ajedrez para el 2018, perder la reelección sería el principio del fin.

Sus empresarios y aliados se han sumado para mantener canonjías; las rémoras del poder como siempre esperando que la chichi no se acabe.

Otros que viven en el miedo sólo rezan por el Cordero de Dios, aunque en silencio.

Puebla es todo territorio Madero, chingada madre.

alportador

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