Ante la inminente eliminación del principio de justicia universal en la legislación española, cabe preguntarse, si frente la imposibilidad de castigar a quienes han cometido delitos de lesa humanidad como genocidio, terrorismo, mutilación genital femenina… ¿Algún país más tomará la bandera de la justicia universal o ésta se extinguirá de todas las legislaciones del planeta?
El sombrío panorama económico en el mundo marca un retroceso a la justicia, en particular al principio de justicia universal que permite que la ley penal se pueda aplicar más allá de las fronteras.
Aquella nación que intente retomar en su legislación el principio de justicia universal es sometida a la presión de las grandes potencias poniendo en riesgo su estabilidad económica.
Gracias al principio de justicia universal fue posible llevar a los tribunales a Augusto Pinochet, Adolfo Schilingo, Ricardo Miguel Cavallo, sólo por mencionar algunos.
China pidió poner un alto a la causa por la cual se emitieron órdenes de búsqueda y captura con Jiang Zeming y Li Peng, expresidente y ex primer ministro chino respectivamente, por delitos de genocidio y torturas y de lesa humanidad por la represión en Tíbet en el periodo 1998 a 2004. Los pactos comerciales con China están condicionados a no mencionar el asunto del Tíbet.
El próximo jueves 20 de febrero concluye el historial de admiración y respeto que mereció la legislación española, por las organizaciones internacionales de derechos humanos.
De acuerdo con Vigoalminuto.com el portavoz del Partido Popular (PP), Alfonso Alonso, resumió así la argumentación por la cual la aplanadora legislativa de ese partido acotará hasta el punto de la extinción la justicia universal contenida en el artículo 23 de la Ley Orgánica del Poder Judicial:
“La justicia universal promete mucho pero al final nunca se consiguen nada más que conflictos”. Tal vez Alonso emitió esas palabras pensando en China y Estados Unidos.
La iniciativa del PP casi ha unificado a la opinión pública internacional en el sentido de que la medida responde a la petición, así como a la necesidad del gobierno español de congraciarse también con los Estados Unidos.
Como la próxima reforma del PP es retroactiva se declararán cerrados y sin castigo –según la revista Proceso – casos como “los genocidios de Tíbet, Guatemala, el Sáhara y Ruanda; la muerte del camarógrafo español José Cuoso a consecuencia de un ataque del ejército estadounidense en Irak; las torturas, asesinato y extirpación de órganos de los seguidores del movimiento chino Falun Gong y el Caso del Holocausto…” entre otros.
Difícilmente alguno de los países de Europa Central conseguirá en el corto plazo incorporar en su legislación el principio de justicia universal, considerando que los motivos que llevaron a conformar la Unión Europea penden de un hilo, que la crisis económica los tiene agobiados y que la dependencia económica hacia Alemania es aguda, además del motor que representan en sus economías la inversión china.
Tal vez en Suecia están las condiciones más propicias para cobijar a la justicia universal. No olvidemos que Suecia, por ejemplo, pese a la presión norteamericana y no obstante el proceso por delitos sexuales que se le sigue a Julian Assange, ha protegido conforme a los principios de su legislación, el bunker que resguarda gran parte de los servidores de WikiLeaks.
Por otra parte, tampoco debe perderse de vista que Suecia ha sido el único país de Europa que ha brindado asilo sin condiciones a los sirios que huyen de la guerra. Un gesto noble que es muestra de la visión del pueblo sueco.
Usted que opina, ¿cree usted que en unos años iremos a Suecia a pedir la justicia que se nos ha negado en nuestro país?
