“Las Redes Sociales no se trata de Sitios Web.
Se trata de las experiencias”
Mike DiLorenzo
Como “ludismo” se conoce al movimiento obrero gestado en Inglaterra en protesta a despidos masivos y sustitución de trabajadores por maquinas; dicho movimiento tiene su precedente histórico en Nottingham, sitio donde se llevó a cabo una manifestación en la cual, en represalia a su disolución violenta, los obreros quemaron más de sesenta máquinas de tejer de una fábrica de medias.
Estas acciones fueron creciendo por territorio inglés junto con la fama de un personaje ficticio denominado “Capitán Ludd” a quien de manera simbólica los obreros ofrecían las máquinas para que desaparecieran de la tierra. A raíz de este movimiento a finales del siglo XX surge el “neoludismo”, un pensamiento de corriente anarco-primitiva, que refiere a la ideología opuesta al desarrollo digital e inteligencia artificial; siendo su máximo exponente el estadounidense Theodore John Kaczynski, mejor conocido como “Unabomber”, autor de los atentados en cartas postales a varios medios de comunicación de Estados Unidos, allá por 1995.
Sin embargo años después, en este 2014, que apenas inicia todo parece indicar el neoludismo está en su auge, pues las prácticas de muchos de los políticos en materia de tecnología y política 2.0 es aberrante, ya que más de uno son los funcionarios públicos neoluditas que creen el social media es una área más del departamento de informática o comunicación; confundiendo su uso, creyendo las plataformas sociales son generadoras de votos y canales de difusión de comunicación social.
Por citar algunos de estos ejemplares, dignos de zoológico humano, se encuentra:
El usuario de Twitter @javiervillacana presidente municipal de Oaxaca de Juárez, que justo en el primer día de su gobierno da las “grasias” a la ciudadanía; cabe mencionar hasta ese momento existían dos cuentas “oficiales”: @javiervillacana y @JVJOficial, reaccionando de manera tardía y pasando un gran ridículo en el primer día en el cual según las cosas “buenas” iban a suceder, que “grasioso”; aquí la muestra:
Otro usuario que también da un buen ejemplo de lo que no se debe hacer en redes sociales es @Marthita_Esca, diputada local del PRI, quien bloquea a quienes debaten y generan polémica en Twitter, debido a cuestionamientos de su paupérrima labor legislativa, dejando claro solo legisla para sus cuates y amigos, lo peor bloquea a los usuarios pero marca como favoritos sus textos, “bien” que reine la incongruencia, aquí también les dejamos la muestra:
Un ejemplo más de neoludismo e ignorancia lo da el presidente municipal de Xoxocotlán, Oaxaca, Hector Santiago (a) “El Lobo Mayor”, que la verdad, con todo respeto, no lacte, está bien que le guste le digan como quieran, pero de ahí a poner la cuenta oficial de su mandato con un lobo, hay un gran trecho, “chulada”:
Otro que también raya en el insulto es el diputado del PRD, ahora Presidente de la mesa directiva de la Cámara de diputados de Oaxaca y antes porro del FALP, Jesús López que para su foto de perfil (avatar) parece se le olvidó llevar donde recargarse, puede pasar por un banquito si gusta, aquí la imagen:
En fin así podríamos continuar con una larga lista de políticos neoluditas que hacen uso incorrecto de los novedosos medios de comunicación, desvirtuando la función de estas herramientas. Y es que mire usted estimado lector: mientras nuestros políticos crean que en Twitter comprar seguidores les va a generar simpatías, o arremeter contra ciudadanos es una estrategia de gobierno la política seguirá siendo igual de sucia y los canales de difusión social una herramienta más para que los políticos corruptos y abusivos cometan las mismas marranadas que hacen offline, pero ahora online.
Así pues, en lo que nuestros políticos y sus “brillantes” asesores en social media no entiendan las plataformas de interacción social como Twitter y Facebook no son para verse ”bonitos” ni para satisfacer caprichos personales, sino que son generadoras de opinión publica los usuarios de éstas sufriremos el horror de navegar en canales sociales infectados de propaganda vulgar que no promueven la interculturalidad, el debate, la libertad; sino el encono y el atraso digital, algo que en nada favorece a nuestra ya patética democracia.
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