No, parece que la ausencia del gobernador Rafael Moreno Valle estuvo más en el envío de señales que de absolutamente nada, ni nadie, pondrá en riesgo su relación con Peña Nieto.
Ya se vio que ni la maestra encarcelada y, mucho menos, su hija renunciada. Si cometen pecados, son de ellas, no de él.
La ausencia de Moreno Valle en la crisis de Mónica Arriola lo alejó del Panal gordillista, pero lo acercó al Panal peñista.
La última vez que estuvo en Puebla Elba Esther Gordillo fue en el informe del mandatario poblano y su hija Mónica apareció, días después, en el palco del gobernador en el estadio Cuauhtémoc durante el pre mundial sub20, antes de la detención de su madre.
En ambas visitas, siempre tuvieron de acompañante a Gerardo Islas, aún líder estatal del Panal.
La salida de Arriola de la secretaria general de Nueva Alianza se atribuye a que fue probado su respaldo a varios grupos de la CNTE para generar la inestabilidad por la reforma educativa.
El Panal, ya controlado por el grupo en el poder, fue objeto de inteligencia que condujo a descubrir a la hija de la maestra en el financiamiento a los enemigos históricos del SNTE, sustento del Panal.
Lo demás fue protocolo, aunque se indaga si los aliados de la maestra en los estados estuvieron implicados, en el clásico doble juego.
Pero el punto es que Arriola, quien pretendía montar una rebelión en el centro vacacional de Metepec contra la dirigencia nacional, tuvo que renunciar mediante la lectura de un comunicado en un hotel de Reforma en la Ciudad de México.
En Puebla no quiere desmadres, se le dijo y la dejaron sola. Su aliado que tanto presumió se fue a Nueva York y su otro amigo Islas anduvo más ocupado en los otros damnificados: los de Guerrero por las lluvias.
Cabalán Macari, secretario de Infraestructura y primer líder estatal del Panal, hizo lo suyo: mantenerla en la raya, pero fuera de Puebla.
Nada personal, sólo negocios con el poder del que carecen hoy Elba Esther y familia.
La dejó sola para deslindarse.
@AleMondras