Con la economía sin crecer y con el país supuestamente al filo de la ingobernabilidad, cuesta trabajo pensar en un peor debut de quienes regresaron al PRI a Los Pinos.
La consecuencia natural es que, a pesar de las bondades mediáticas de contar con el sistema propagandístico oficial, la popularidad e imagen del presidente se encuentran en niveles muy por debajo de las enormes expectativas generadas después del triunfo en el 2012.
Sin embargo, este escenario semi-apocalíptico podría ser la amarga pastilla que le permita al enfermo gozar de cabal salud en el mediano plazo.
Es lógico que se esté pagando el costo de perfilar reformas que en el imaginario colectivo de los mexicanos resulten altamente impopulares y otras que tendrán una incidencia directa en el bolsillo de todos, incluyendo a los que pertenecen a grupos sociales con alto grado de pobreza y marginación, pero a final de cuentas lo que más le interesa en estos momentos a quienes tienen las riendas del país es sentar las bases que les permitan contar con los recursos necesarios para, a medida de lo posible, cumplir con las metas trazadas en el ambicioso Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018.
Sí, en la política y el servicio público, como en otros muchos aspectos de la vida, la lana manda.
Una vez salvado el difícil trance actual, las cosas sin duda cambiarán.
Y vendrá el lógico reposicionamiento de la imagen del gobierno federal y la del presidente.
Gravando el consumo e inyectando recursos frescos a las empresas estratégicas en el rubro energético, la maquinita oficial volverá a funcionar con la precisión de un reloj suizo.
Los subejercicios que hoy reportan instancias federales son parte también del “cochinito” que se utilizará para detonar la economía en lo que las reformas se echan a andar.
El escenario sobra decirlo, se modificará de manera radical.
La única duda es si en el presupuesto de números fríos, los siempre brillantes estrategas oficiales tienen la fórmula para calcular con toda precisión el siempre impredecible costo social de implementar una estrategia con estas características.
El México bronco no aguantaría otro error histórico más.
latempestad@statuspuebla.com.mx
Twitter: @ValeVarillas
