Hace 12 días el Banco de México modificó al alza sus proyecciones de inflación, la fijó en 6 por ciento para este año, y por otro lado mantiene una política en tasas de interés agresiva que, por un lado, limita el poder de compra, pero que favorece notablemente al peso aunque dañe a los exportadores. En tanto el gobierno se mantiene de brazos cruzados y no realiza la inversión pública que le corresponde.
Por lo visto el presidente Calderón aún no sabe qué hacer en una situación como la que vivimos en México. En abril pasado -en la cumbre del Foro Económico- se atrevió a decir ante mandatarios extranjeros: “el problema que yo tengo como presidente es que, qué hacemos cuando a Estados Unidos le da un catarro, y es que de hecho le está dando una pulmonía, quién sabe que nos vaya a dar”.
Banxico sigue en lo suyo, contener la inflación a como dé lugar y sostener la capacidad de compra de la moneda. Así, ha modificado la tasa de interés, ahora en 8%, y no dude que en esta semana la modifique otra vez para fijarla en 8.25%, aunque esto genere un ingreso considerable de dólares al mercado bursátil, pues aquí obtendrán ganancias que ningún otro país les generarían,
En tanto, las exportaciones mexicanas ahora resultan caras para otros mercados, por esa fortaleza del peso, y al mismo tiempo las importaciones mantienen su crecimiento, empezando por los agropecuarios.
Y el gobierno sigue sin hacer nada para enfrentar el problema económico. Sólo son públicas las diferencias públicas entre el Calderón y el gobernador de Banxico, Guillermo Ortiz, cuando el primero demandó bajar las tasas, y hace unos días se dio otro desacuerdo entre Hacienda y Banxico, por lo mismo.
Generar empleo, reactivar el mercado interno o aplicar el Fonafin han quedado en meras promesas, en declaraciones mediáticas. Los estados se quejan que el gobierno federal no ha soltado del todo el presupuesto, en algunos medios se ha mencionado el sub-ejercicio presupuestal que hay en varias dependencias, como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, cuando ese recursos bien podrían estar convirtiendo en realidad aquellas promesas.
El crecimiento económico que se calcula para este año de poco más del 2%, no servirá de mucho si la inflación alcanza los niveles estimados por Banxico, el poder de compra de los mexicanos estará más que anulado con los magros incrementos concedidos, y la actividad de la industria continúa a la baja, toda vez que sus pedidos son menores y sus costos de operación van al alza.
Así, nos llegará el fin de año y Calderón continuará pensado -solamente- en “…qué hacemos cuando a Estados Unidos le da un catarro.” Esperemos que cuando encuentre la solución y se decida a poner a trabajar la maquinaria de gobierno, no sea demasiado tarde.
Sesionan comerciantes
Prácticamente todo se encuentra listo, para el próximo 25 de este mes se realice en esta ciudad la reunión del Consejo de la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio (Concanaco), y a la que se espera asistan algo así como 200 representantes de igual número de cámaras de todo el país.
Difícilmente la Conacanco, mejor dicho, los empresarios del sector comercial desean trasladar sus reuniones fuera del Distrito Federal, pero en esta ocasión la mayoría dio su voto a favor de Antonio de Garay, quien en el año y medio que lleva al frente del organismo poblano logró convencerlos de que no había mejor opción que la capital poblana para sesionar, en lugar de irse a bailar un jarabe tapatío a Tlaquepaque.
Además, Garay prácticamente ha empezado la cuenta regresiva para preparar la sede de la que será la Asamblea General de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio (AICO) el próximo año.
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