Si algo faltara en la ya de por sí difícil y compleja relación México-Estados Unidos, se suma la disputa por un paquidermo. Sin llegar a niveles gubernamentales -aún-, las manifestaciones a favor y en contra, de censura y de apoyo están a la orden del día, y en las que se hace acopio de todo tipo de argumentos, fundamentalmente racistas y de discriminación, y muy poco sobre el verdadero tema en cuestión: el elefante.
El traslado de la elefanta “Jenny” del zoológico de Dallas, Texas, hacia Africam Safari en Puebla, es el tema que sirve de pretexto para reiterar y/o avivar las posiciones de rechazo hacia México y sus habitantes. Es un claro ejemplo que permite palpar lo que piensa, siente y percibe una buena parte de los estadounidenses, en momentos en que enfrentan una crisis económica, que el desempleo está en cada esquina, y que viven un proceso de campaña electoral a la presidencia, en el que uno de los principales tópicos es, precisamente, la migración.
En el zoológico de Dallas, Texas, está la elefanta “Jenny”, de 31 años de edad, que en mayo de este año perdió a su compañero “Keke”, por lo que los administradores del lugar viendo el comportamiento del animal y que, además, ya no cuentan con la capacidad para cuidarlo, optaron por trasladarlo a un mejor lugar y decidieron que fuera Africam Safari (en Puebla) su nuevo hogar; la llegada estaba planeada para el pasado 1 de agosto, pero se pospuso ante la protesta de un concejal, de organizaciones y personas protectoras de los animales en Estados Unidos.
La decisión del zoológico de Dallas, generó todo tipo de reacciones en Estados Unidos, la mayoría en contra y que se han reflejado en publicaciones en diarios locales, reuniones, cartas dirigidas al ayuntamiento y a los directivos del zoológico de esa ciudad, en programas de televisión, y por supuesto en Internet, en donde la mayoría de los argumentos van en contra de México, principalmente son de índole racista, otros señalan corrupción, y los menos se refieren a la ausencia de leyes que protejan a los animales.
Los activistas que destacan por su rechazo al traslado son PETA (Personas por el Tratamiento Ético de los Animales), IDA (En Defensa de los Animales) y Ciudadanos Consternados por Jenny (CCJ).
En la red está el influyente portal Care2, cuyo lema es “Una persona puede hacer la diferencia”, y sus temas de interés son: derechos humanos, salud, y protección al ambiente. Ahí, el 20 de julio inició el espacio promovido por la organización In defense of animals, con sede en San Rafael California, y el 25 de julio se inició otro por parte de Melissa M, miembro activo de Care2, en ambos se solicita el voto en contra de que la elefanta sea enviada a Africam Safari.
Tadíamente, el 28 de julio, se abrió el único espacio a favor del parque poblano, impulsado por “expertos conservacionistas”, aunque se supone que fue generado por personal de Africam.
El caso es que la primer propuesta llevaba –hasta ayer martes- más de 1,500 votos, el segundo 331, y el que respalda a Africam apenas sumaba 782. Se requiere un mínimo de 1 mil votos para que la propuesta se tomada en cuenta y que repercuta en otros sectores de la sociedad, desde este portal ha surgido movimientos para impulsar en EU algunas leyes y reglamentaciones relacionadas con los tres principales tópicos.
La propuesta impulsada por In Defense of Animals, en 5 días logró capturar los mil votos, y la mayoría son de las ciudades del estado de Texas, o estados vecinos, son contados los apoyos de otras partes del mundo. Por supuesto, los votantes no han visitado Africam, y los argumentos son, en su gran mayoría, racistas y agresivos contra México. En uno afirma: “Sí nos envían a su gente porque no quiere estar ahí, cómo creen que cuidarán al animal”; otro: “Mejor regresen a los migrantes, y no hagan de Jenny una migrante”. También señalan: “México no puede cuidar a su propia gente, dejen al elefante en paz”.
Los hay que no conocen a su propio país y mucho menos a México, pues confunden al estado de “New Mexico”, con México, y otros aseguran (hay quien les hace segunda y tercera), que en México “es común practicar deportes sangrientos y que son legales”, además que es un país sin leyes, etc, etc,
Son muy pocos los comentarios que hacen referencia al bienestar en sí del paquidermo,
Mientras que en el espacio a favor de Africam, son múltiples los apoyos procedentes de territorio nacional y del extranjero, los hay de Sudáfrica, Europa, Sudamérica, y unos cuantos de Estados Unidos. Los votantes afirman haber visitado, al menos una vez el parque, y en sus comentarios destacan el proyecto de protección ambiental, de defensa de los animales, y el programa de protección a especies en extinción.
Por supuesto, que estos espacios en la red no son para poner argumentos muy técnicos, pero al menos no encontré alguno que señalara porqué si o porqué no trasladar al animal africano a México, si el viajar tanto miles de kilómetros no lo afectará; si puede o no convivir con otros de origen asiático (sobre todo que el africano es gregario y los otros no).
Mientras, la votación continúa abierta, la discusión en el ayuntamiento de Dallas sigue, pues hay división de opiniones. Hay concejales que están a favor de hacer una investigación más a fondo sobre Africam (aunque apoyan el traslado), los hay que están totalmente en contra. Y otros más que lo único que les interesa es resolver el tema cuanto antes para “ocuparnos de cosas que realmente importan a la ciudad”.
Africam está haciendo lo suyo, cuenta con el apoyo de algunos organismos internacionales, y… párele de contar.
La pregunta es: ¿dónde estás todas esas agrupaciones –poblanas principalmente- que se dicen defensoras del medio ambiente, de los animales? ¿Dónde están las empresas, instituciones y hasta gobierno (municipal y estatal) que para cualquier cosa y en todo momento tocan las puertas de Africam para que los “apoye” con donaciones o dinero?
Si no quieren o no pueden involucrarse por cuestiones de presupuesto o políticas, pues al menos que voten, hasta de manera anónima, lo pueden hacer.
Tal como van las cosas, el tema podría cobrar características diplomáticas si continúa la presión de Peta y de IDA. El asunto ya no es decisión del zoológico texano, sino que ahora depende de las autoridades locales, y en pocos días podría pasar a ser responsabilidad del Estado de Texas, y ello a partir de argumentos que nada tienen que ver con el paquidermo.
Lo que faltaba. Al enfrentamiento político-comercial de la salsa de chile, perejil y jitomate, boicoteada recientemente por los estadounidenses, ahora se les suma hasta un elefante.
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