Lo que el hombre desune, lo une la política con falda.
Y es que la semana pasada la alcaldesa Blanca Alcalá Ruiz se reunió con la iniciativa privada en pleno para que conocieran de primera mano los alcances del proyecto de los estacionómetros, a cargo de la firma Jajomar.
Contradictoriamente el resultado esperado no fue el aval patronal a los parquímetros, pero si Alcalá es visionaria se dará cuenta que eso pasa a segundo término.
Lo que pasa es que ella logró reunir en una misma mesa a líderes empresariales que representan intereses disímbolos y en la práctica han actuado como el agua y el aceite.
Ella logró que ni el gobernador Mario Marín o el presidente Felipe Calderón había concretado: Sentar juntos a los dirigentes del CCE y del COE.
Estuvieron presentes los líderes de Coparmex, Luis Mora Velasco; de Canaco, Antonio Garay Orea; del Consejo Coordinador Empresarial, Gabriel Huerta; Javier Maldonado Moctezuma, del COE; Jorge Nasta, del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico; Francisco Monterrosas, de Canacope; así como Rogelio Sierra Michelena y Luis Rodríguez.
El agua y el aceite, pues.
Desde la ruptura del Consejo Coordinador Empresarial, tras la elección donde Juan José Rodríguez Posada se impuso por un voto a Eduardo García Migoya nunca se dio un encuentro público.
Es más, Juan José Rodríguez en varias ocasiones dejó el presidium o evitaba sentarse en la fila en la que estuviera algún representante del Consejo de Organismos Empresariales.
Así lo hicieron otros dirigentes del sector privado.
En giras con el gobernador Marín o el presidente Calderón evitaba cruzarse con ellos o en su defecto tras consultas optaba por disculparse.
Y es que el CCE tenía en claro que cualquier relación daría cabida a otro interlocutor, pues en política los espacios vacíos se ocupan.
Javier Maldonado fue siempre señalado como el operador de la ruptura en el CCE.
Los tiempos cambian y sin querer queriendo la alcaldesa logró lo que nadie.
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