En esta ocasión, sólo porque la agresión se vio en video causó indignación. Pero, cuando las quejas sólo son verbales y con denuncia ante la Junta de Conciliación se señala a los obreros de revoltosos y de “atentar” contra la empresa.
En el año 2000 empezaron a conocerse las irregularidades que imperaban en la maquiladora de ropa deportiva Kukdong, ubicada en Atlixco, Puebla, pero nadie hacía nada y mucho menos el sindicato blanco de la FROC-CROC.
Era el auge de las maquiladoras en Puebla, en particular en Atlixco. Los capataces y administrativos de Kukdong eran coreanos, no hablaban español, bueno sí sólo sabían las palabras insultantes.
En Kudong se maquilaba toda la ropa deportiva de Nike y Reebok, que se vendía en las mejores tiendas de Estados Unidos y Canadá.
De los 300 trabajadores el 90 por ciento eran mujeres. La situación se volvió insoportable, el titular de Recursos Humanos de la empresa no atendía las quejas, el líder sindical menos.
Más allá de la carga de trabajo, de las jornadas laborales de 12 horas continuas y el pago de bajos salarios, estaban los malos tratos.
Había insultos -en español y en coreano-, golpes, amenazas, y la comida que servía en el comedor de la planta estaba descompuesta o casi cruda.
No eran pocas las trabajadoras que continuamente se enfermaban, sufrían severas infecciones y aún así debían trabajar o las despedían.
Además, si llegaban a embarazarse inmediatamente eran despedidas.
Finalmente en la primera semana de enero de 2001 los trabajadores decidieron estallar la huelga (que posteriormente fue declarada legal), pero más tardaron en colocar las banderas rojinergras que la empresa logró el apoyo del gobierno del estado (con Melquiades Morales) al enviarle 200 granaderos para romper la huelga, retirar a “los revoltosos” y que regresaran a trabajar.
Sin embargo, el enfrentamiento de trabajadores y policías, y la empresa si atender las demandas de los obreros provocó que el conflicto escalara a tal grado que personal de las empresas Nike y Reebok procedente de Estados Unidos, además de organizaciones de obreros de ese país, agrupaciones civiles de las universidades de Michigan y California; además de agrupaciones de trabajadores independientes de México vinieron a comprobar en la planta de Atlixco que todo lo dicho por las obreras era verdad y peor.
Lideres empresariales de Puebla en ese momento salieron con su discurso habitual de “la libre empresa”, de “respetar los derechos de los trabajadores”; al tiempo que “denunciaban” la intromisión de personal ajeno a la fábrica coreana que pretendía “desestabilizar y alejar las inversiones de Puebla”.
Tardaron ocho meses en solucionar el conflicto, los trabajadores crearon su sindicato independiente, y la empresa tuvo que respetar la Ley Federal del Trabajo de México y comprometerse, sobre todo, a respetar los derechos humanos del personal.
También cambió de razón social ahora la fábrica se llama Mex-Mode y sigue maquilando ropa deportiva a las marcas más reconocidas internacionalmente.
El caso ocurrido en Querétaro, en la fábrica Sam Won (proveedora de Samsung) causó indignación porque se conoció a través de un video. Y de acuerdo a las versiones difundidas de los trabajadores ese es el trato cotidiano. Curiosamente el líder sindical ha mantenido un bajo perfil ante este conflicto.
Pero las características de los hechos en la planta queretana son similares a lo que ocurría en la planta poblana hace doce años.
En tanto no se respeten los derechos humanos y laborales, y se mantenga a líderes sindicales con contratos de “protección” en empresas de capital mexicano o extranjero, de poco o nada servirá que se reforme la Ley Federal del Trabajo, máxime que ahora se pretende dar “manga ancha” a las formas de contratación y desempeño laboral bajo el termino de “flexibilidad laboral” y en aras de la competitividad:
