1.- Se cuentan mil leyendas del Señor Presidente de la República Don Adolfo Ruíz Cortines. Narraré tres de carácter personal y una sola inherente a su alto rango:
1.1.- Una se refiere a que todo mundo, de ese mundo ahora desaparecido, afirmaba que su señora esposa, “The First Lady”, en efecto había ejercido como tal siendo la Madame, la Madama, la Dueña, o la Madrota (madre de madres), del mejor sitio de proxenetismo, putero, o burdel del siempre Heroico Puerto de Veracruz.
1.2.- Otra, que viajaba en un avión de la F.A.M. del D.F. (Roma) a las Galias Veracruzanas, sea Jalapa o Veracruz, los días jueves para jugar dominó con sus amigos de siempre. (Como John F. Kennedy que dedicaba un día de la semana al amor. Como Dwight D. Eisenhower al golf. O como el gerente de la Basílica de Guadalupe el abad Schulemberg y el Cardenal asesinado de Guadalajara, Jalisco, que “rompían la semana”, para dedicar un día hábil a des estresarse).
Cuando dejó de ser Presidente de la República, un su compadre le dijo: “Adolfo quisiera que me explicaras ¿por qué me dejaste de invitar los jueves a jugar dominó?. Le contestó el ex Presidente: “Compadre le ganaste en dominó una vez al Presidente de la República; y este, jamás puede perder, porque pasaría por pendejo, si el pueblo se enterará”.
1.3.- La tercera, hace constancia el escribidor, que fui testigo del cómo evitaba siempre dar la mano e impedía los apapachos rituales, desprovistos de afectos y sinceridad, al cual somos tan dados los afectos a la política partidaria. Era muy simple: Con su mano derecha siempre e invariablemente en cualquier sitio público llevaba en la mano un sombrero con el cual protegíase la caja torácica.
2.- Oficialmente con Él se inició: “La Marcha al Mar”, frase que resumía un programa donde los mexicanos de esos días, tendrían acceso a mediano plazo a establecerse en cincuenta ciudades pequeñitas en la costa atlántica, y otras cincuenta en la del pacífico, teniendo como ocupación primordial las actividades pesqueras que son infinitas, las cuales a la vez generarían una parafernalia de actividades conexas propias de ese ultra milenario quehacer. La pauta programática naturalmente comprendía que de esas pequeñas agrupaciones humanas, se trasladaran los “frutos del mar” hacia tierra adentro, llevando a las mesas incluso de los mexicanos marginados comida abundante y barata; el diseño era de alta viabilidad toda vez que nuestros litorales miden 10,500 km. lineales.
3.- ¿Qué pasó; que se hizo con ese futuro promisorio? dónde desde entonces tendríamos “los frutos del mar”, en nuestra mesa ¡Nada! El Presidente de la República, también del mismo nombre se olvidó del programa, sin ninguna justificación que no sea la patrimonialización del poder que se ejerce invariablemente en una democracia electoral, que no es más que el primer paso para alcanzar algún día: UNA DEMOCRACIA DE BIENESTAR SOCIAL.
4.- ¿Hasta cuándo? Los legisladores nacionales, estatales y los cabildos municipales entenderán la necesidad de crear una Ley de Continuidad de Programas, Proyectos, Estudios y Análisis Gubernamentales; hasta ahora inexistente en Latino-América, México y Puebla. Esto se resolverá el día en que nuestro mundo hispanoamericano la sociedad sea meritocrática.
Salvo su opinión.