Una conversación televisiva entre escritores, me llevó a recordar a Pablo Neruda, no solo como escritor y poeta, Premio Nobel de Literatura, Premio Nacional de Literatura y de Poesía en su país, miembro del Consejo Mundial de la Paz, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oxford; también, el Neruda político, activista, Senador, Embajador en Francia, militante del Partido Comunista de Chile, pre-candidato a la Presidencia de la República, Jefe nacional de propaganda en la candidatura del señor Gabriel González Videla a la presidencia de su país; y a retomar sólo una parte de la vida política de Neruda, para esta colaboración.
La represión y la persecución desatada durante el gobierno de Gabriel González Videla, Presidente de la República de Chile, convierte a Neruda en un fuerte antagonista del conocido como el “más grande traidor en la historia político-social de Chile” Gabriel González Videla.
Desde la tribuna del Senado, con sus publicaciones criticaba fuertemente al gobierno, por lo que el gobierno pide ante tribunales su desafuero como Senador. Con una orden de aprehensión en su contra, que provoca que Neruda se esconda en su propio país y su exilio.
La posición ideológica de Neruda, así como la problemática social de aquella época -como lo han señalado algunos de sus biógrafos- impacta la obra de Pablo Neruda, su poema El traidor entre muchos otros, lo demuestra.
Un primer proceso en su contra se basa en un discurso ante el Senado llamado posteriormente Carta íntima para millones de hombres, donde define a González Videla como “El judas chileno fue sólo un aprendiz de tirano y en la escala de los saurios no pasaría de ser un venenoso lagarto” y por última vez ante el Senado en enero de 1948, pronunció el discurso que después se llamó Yo acuso, ambos denunciaban la situación dictatorial de su país y responsabilizaba al Presidente, que provocó su desafuero por la Corte Suprema y la emisión de una orden de aprehensión en su contra, en febrero del mismo año.
Discurso -vale la pena releerlo- que sostiene, en el mensaje de Franklin D. Roosevelt, que establece las cuatro libertades, desde las cuales fue desarrollando su crítica al gobierno a partir de lo que llamó “los dramáticos momentos que vive nuestro país”: derecho a la libertad de palabra, derecho a la libertad de cultos, derecho a vivir libres de miseria y derecho a vivir libres de temor.
Sin duda, libertades vigentes, que nos permite ir construyendo escenarios de un país que no deseamos, y que provocan que hombres como Pablo Neruda fueran perseguidos “por haber denunciado a la América la violación indigna de esas libertades en el último sitio en que yo hubiera deseado ocurriera: Chile” mencionó Neruda.
En otra parte del discurso Neruda señala “(…) No aspiro a méritos ni a recompensa. Pero tengo la certeza absoluta de que, tarde o temprano, más bien temprano que tarde, el proceso a que he sido sometido será juzgado como merece….Pero nadie podrá remediar el daño que se ha causado al país (…)”
Cuántos actores políticos hoy en México, pondrán por encima de sus intereses personales y de poder ¿no causar daño al país?
Ricardo Eliecer NeftalíReyes Basoalto era el nombre original de Pablo Neruda, que aún gravemente enfermo condenó el golpe de Estado en Chile “Escribo estas líneas para mis memorias a sólo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte a mi gran compañero el presidente Allende”
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