El gobierno estatal intenta tapar el sol con un dedo, presume que ahora Puebla está en el lugar 20 y oculta que hace un año estaba en el 17.
La ciudad pierde posiciones porque se estancó. El problema no es de “imagen”, sino que sus carencias son las mismas ahora que hace uno o tres años, no ofrece nada nuevo a los inversionistas. Mientras, hay ciudades de Centro y Sudamérica que han remontado 3 o 12 posiciones en sólo un año.
En enero de este año la reconocida revista América Economía (la cual dice no conocer el secretario de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico Pablo Rodríguez Regordosa), en su “Ranking de las ciudades más atractivas para invertir” ubicó a Puebla en el lugar 23, en 2010 estaba en el 22 y en 2009 en el lugar 17; bajó cinco posiciones tres años.
De acuerdo a la prestigiada publicación, la caída de la angelópolis fue en el marco político y social, en sustentabilidad, en falta de capital humano de calidad, y no atacar el desempleo. (http://www.balance-financiero.com/detNota.php?id=1689)
La semana pasada, la Universidad del Rosario (Colombia) y la empresa Inteligencia de Negocios (Chile) publicaron el “Ranking de ciudades latinoamericanas para la atracción de inversiones mayo 2012”, en el que ubicaron a Puebla en el lugar 20, cuando en 2011 estaba en la posición 17, es decir bajó tres lugares en un año.
En enero el titular de la Secotrade, Pablo Rodríguez Regordosa, desestimó el estudio de América Economía (AE), y declaró a esta reportera que “sólo espero del ranking que publique en los próximos meses Doing Business”.
Cuatro meses después, el funcionario no esperó el ranking de Doing Business y a través de su oficina de “enlace” envió el 9 de mayo el comunicado 73 (mal redactado), en el que presume que Puebla está “dentro de las 20 ciudades más atractivas para inversión” (sic), en referencia al estudio que presentaron la universidad colombiana y la consultora chilena.
El comunicado de Secotrade sólo refiere que Puebla está en la posición 20, pero omite (oculta) que un año antes estaba en la posición 17.
Además, en este año la ciudad mexicana de León -por ejemplo- remontó nueve posiciones de estar en la 27 ahora ocupa la número 18. O bien, la ciudad brasileña de Porto Alegre subió 12 lugares, del 18 pasó al sexto lugar.
La Secotrade es poco trasparente y manipula información.
En ninguno de los dos estudios el problema es de “imagen”, pues la entidad goza de reconocimiento internacional desde hace varios años. Además, su “popularidad” se logra a través de las búsquedas o consultas en Internet que hacen los inversionistas, los referentes por número de eventos (congresos, convenciones, ferias o seminarios), por el turismo recreativo y de negocios, la cultura y gastronomía.
El problema está en lo que realmente ofrece Puebla a los inversionistas; lo que detectan en realidad de la capital poblana los expertos.
Si bien la metodología es un tanto diferente entre la que aplica AE y la que emplea la Universidad del Rosario (UR), finalmente coinciden en las desventajas de Puebla, lo que limita su competitividad:
– Falta infraestructura.
– Tamaño del mercado limitado.
– Bajo poder adquisitivo.
– Inadecuada formación de capital humano de alto nivel.
– Bajo dinamismo económico.
Al ver ambos estudios, se concluye que el tamaño no es lo más importante para que una ciudad atraiga inversión, sino también la calidad de vida, el capital humano, el tamaño del mercado y su potencial económico.
AE analiza 45 ciudades (cinco mexicanas), incluye más variables para evaluar las ciudades y lleva alrededor de una década elaborando el Ranking de ciudades latinoamericanas atractivas para invertir.
UR analiza 48 ciudades (ocho mexicanas), considera menos variables y apenas lleva dos años que elabora dicho ranking.
Ambos estudios coinciden en que las ciudades brasileñas mantienen un liderazgo en la región; mientras que varias localidades de Centroamérica (como Salvador) lograron ubicarse por arriba de las mexicanas, excepto de la ciudad de México y de Monterrey.
Por lo visto, en Puebla no basta con tener más de 100 instituciones de educación superior si éstas no forman capital humano, según las necesidades de los inversionistas.
No basta con “promover” al estado o a sus autoridades, si en la realidad se carece de infraestructura.
A 16 meses de gobierno en el estado no existe una política industrial, una política económica clara, definida.
Pagar bajos salarios no es suficiente para atraer capitales.
No está claro qué es lo que se quiere para Puebla.
Se habla de atraer inversiones y pocas se han concretado; se trata de convencer a empresas, como Audi, para que se instalen en territorio poblano.
Pero, la llegada de tales plantas no resolverá las múltiples necesidades de la entidad, mientras el gobierno no tenga en claro que debe atacar otros frentes, al tiempo que los organismos privados, empresas y universidades también hagan su parte.