Por Alejandro Mondragón
Las consecuencias de que perfiles como Andrés Villegas Mendoza tengan acceso a información (como presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso) y además encubra malandros ya se notan en Tecamachalco.
Andrés tiene en el ayuntamiento de Tecamachalco a su hermano Giovanni Villegas, ellos son quienes toman todas las decisiones.
El presidente municipal, Mateo Hernández López es un parapeto nadamás, claro que los actos de corrupción están a la orden del día.
Ellos controlan todas las adquisiciones, y hacen compras con costos elevados. Ya hay varios constructores y proveedores a los que se les debe bastante dinero.
Si no creen, pregúntenle a Eduardo Garza, excandidato a la presidencia municipal y constructor.
Andrés dice que dona todo su sueldo, pero su familia abre restaurantes, compra una camioneta Tesla, y cómo no si son los propios hermanos de Villegas y del presidente municipal los que acaparan todas las obras, y a ellos si les pagan.
Villegas puso al contralor, tesorera, director de desarrollo urbano, seguridad vial y todo lo que pueda oler a dinero.
En el Congreso local tiene aproximadamente 12 asistentes, y cuántos de estos se pagan con la nómina del congreso y cuántos de las arcas del ayuntamiento de Tecamachalco.
Que por cierto han habido despidos injustificados y reducción de nóminas, lo cual es contra la ley.
Villegas en Tecamachalco es símbolo de corrupción, no obstante pretende hacer presidente municipal a su hermano, el regidor.
Pero ya se prendieron los focos rojos.
Una señal: en la elección del comité seccional de Morena, del pasado domingo, bajaron al hermano incómodo. Fue por la libre Estebi Fernández.
Algo es algo.
