Por Alejandro Mondragón
Al operador político de Mario Riestra Piña, dirigente estatal del PAN, se le acabó la impunidad.
Aunque estaba vinculado a proceso, Jesús Zaldivar, se paseaba por plazas comerciales. Decía que su tema estaba planchado por parte de su líder Riestra con el góber.
Pues la realidad, siempre necia, mostró que no. El Poder Judicial le obsequió una orden de aprehensión y anda prófugo.
Decía que era un perseguido político de Miguel Barbosa, exgobernador que le inició el proceso legal.
Peeeero cómo diablos iban a tolerarle que en un mes, sí en 30 días, como director del Conalep, Jesús Zaldívar Benavides, se gastara 35 millones de pesos de presupuesto anual.
¿En qué?
Obras inexistentes, plazas para aviadores de amigos y periodistas, uso de factureras.
La primera que denunció los malos manejos fue la hoy finada Aurora Sierra, como directora del plantel II del Conalep. La hostigó laboralmente, le recortó el salario y acabó por despedirla.
Zaldívar es un pillastre en el desempeño de cargos públicos. En 2019, se inició un proceso administrativo en su contra.
La Sala Especializada en Materia de Responsabilidades Administrativas del Tribunal de Justicia Administrativa (TJA) resolvió inhabilitarlo por 15 años.
Le fijaron una multa de 30 millones de pesos, y un pago por los supuestos daños y perjuicios a la Hacienda estatal de más de 30 millones de pesos.
Además, existe otro proceso penal abierto por abuso de autoridad y falsificación de documentos, en el cual en febrero de 2024 lo vincularon a proceso.
El panista habría desviado el dinero de 19 contratos para obras y servicios que no se ejecutaron.
Zaldivar fue diputado local que cuando solicitó licencia siguió cobrando la dieta legislativa de su suplente con la complicidad de Mario Riestra Piña.
Llegó con el apoyo de El Yunque para sumarse a la campaña de Rafael Moreno Valle en 2010, peeeeero años después traicionó a La Organización para que desde la Comisión Inspectora de la Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso del Estado lanzara una feroz campaña contra Eduardo Rivera Pérez, hasta inhabilitarlo por irregularidades inexistentes, en su paso por la alcaldía poblana.
Jesús Zaldívar siempre fue, es y será un traidor, hoy señalado de desfalcos en el Conalep, donde fue director.
Ningún panista ha salido a defenderlo.
Bien raro, ¿no?
